Cayetana

Le tenían ganas a Álvarez de Toledo, no sólo en las filas de la bancada de la izquierda, sino también en la suya propia

Alguien que no se sabe ha soltado la noticia de que Pablo Casado estudia cambiar a Cayetana Álvarez de Toledo como portavoz del Partido Popular en el Parlamento. En estos casos, pienso yo, lo razonable, si ello es así, sería que el propio Pablo Casado dijera que, por ejemplo, en ningún momento han considerado cambiar a la portavoz, con la que tanto él mismo como el PP están muy satisfechos. Para nada, han puesto en circulación los nombres de sus posibles sustituta, Ana Pastor y Cuca Gamarra. No he tenido noticia alguna de que algo así se haya producido. Al contrario, la marea sube y sube, como si estuvieran preparando a la gente para la aceptación mansa de este cambio. ¿Las razones? Eso no ha salido de los altos dirigentes del partido de Cayetana sino de los medios y los comentaristas de radio y televisión, y los periódicos, una legión pequeña, como es conocido. Le tenían ganas a la brillante Álvarez de Toledo, no sólo en las filas de la bancada izquierda, en su propia bancada. Ser brillante, valiente, inteligente y con criterio tiene eso. Y creer en lo que se dice. Carmen Calvo ni se lo cree, Pablo Iglesias, menos. Y los nacionalistas en general, tampoco. Puede que digan que les da lo mismo lo que sea que Casado haga con este 'asunto' pero la señora Álvarez de Toledo en la tribuna tiene un peligro. Que internet multiplica por ene poniendo sus vídeos en Youtube y en las redes sociales, con un "visionado" de centenares de miles. Es sabido.

El PP que era uno y se convirtió en tres, ahora se está convirtiendo en dos. O sea, va por cinco. Ganó cuando era uno, ahora no gana, ni va a ganar, lo sabe cualquiera. Porque, además, la tentación del sorpasso sobrevuela por Génova. Rivera lo intentó pero no lo consiguió, ahora es el líder de Vox el que sueña con ello. Para abrirle los brazos a los restos del naufragio del partido originario. Y fraguar otra mayoría por la derecha más a la derecha. Pues se está en todo esto y aparece lo del diablo y las moscas, ensayando un movimiento político que traerá consecuencias, si se lleva a cabo. Porque se cierra el paso a una de las más brillantes parlamentarias españolas y, sobre todo, a la contención de Abascal, que se aguanta las ganas de aplaudir a Cayetana porque dice mucho mejor que él lo que él diría y representa la firmeza y la contundencia frente a las políticas de la mayoría social comunista y separatista. Eppur si muove, así llevábamos días, a la espera de la defenestración de Cayetana. Pues nada…

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