Desde mi pupitre

Cavando tumbas

En el Campo de Gibraltar tenemos nuestros propios retos, como el colapso hídrico inminente si San Pedro no se pone a jarrear

Esto del cambio climático tiene mal arreglo, la verdad sea dicha. Las cumbres del clima, como la Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático de Glasgow; las declaraciones altisonantes e incluso las frases contundentes, como la de António Guterres: "Basta de tratar a la naturaleza como un váter. Estamos cavando nuestras tumbas" , vienen sirviendo para poco, pero van creando conciencia. Hace una semana se reunía el G-20 en Roma. Allí reafirmaron el objetivo del Acuerdo de París de 2015 de limitar el alza de la temperatura del planeta por debajo de los 2ºC, aunque dicho acuerdo solo entró en vigor el año pasado, como estaba pactado.

En la cita de Glasgow hay multitud de manifestantes diciendo que ese no es el camino y que se nos agota el tiempo. Aunque estén por allí Greta Thunberg y sus chicos, a la cita faltarán el decadente fasto real británico (los médicos han desaconsejado a la reina Isabel II su asistencia) y el personaje clave de estos eventos, el presidente chino Xi Jinping. China, que contribuye al 27% de las emisiones de CO2 es vital para cualquier solución. Y ya sabemos que China, EEUU e India se quedarán fuera de la declaración para dejar de usar carbón: 3.110 millones de habitantes, el 40% de la población mundial.

Ahí está la clave. El Occidente desarrollado lleva 200 años quemando combustibles fósiles para lograr el estado del bienestar del que disfrutamos, estereotipado en la enorme contaminación que produce la masificación del turismo en avión y las chorradas de los multimillonarios tipo Jeff Bezos y sus paseítos espaciales. Chinos e indios quieren, simplemente, disfrutar de lo mismo que nosotros. Y no están dispuestos a mantenerse en su atraso rural frente al espejismo del estilo de vida europeo-norteamericano. Aunque no deben haber calculado bien los efectos de la subida del nivel de los océanos, en caso de seguirse derritiendo los hielos polares, dada la densidad de sus poblaciones ribereñas.

Las emisiones de gases de efecto invernadero cayeron por primera vez en 2020, sin producirse el crecimiento constante desde que se hacen registros. Los causantes han sido la pandemia y la disminución de actividad humana que en general ha propiciado, junto al incremento del uso de energías alternativas limpias.

En el Campo de Gibraltar tenemos nuestros propios retos: el colapso hídrico inminente si San Pedro no se pone rápidamente a jarrear; el tranvía/tren metropolitano/Bus Rapid Transit para el arco de la Bahía; la autopista ferroviaria Algeciras-Tarragona; el asunto de las depuradoras de aguas residuales y la reutilización de aguas; la seca del alcornocal…

No andamos sobrados de tiempo, así que vamos a arrimar el hombro a ver si podemos contarlo.

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