Cataluña, un gran fracaso

La aplicación del artículo 155 no ha cambiado lo más pernicioso, se mantiene la misma mayoría electoral

En Cataluña se sigue pagando un gravísimo fracaso de los partidos constitucionalistas: perder unas elecciones después de aplicar el artículo 155. Ahí estuvo la clave para cambiar el rumbo. Con un Gobierno constitucional otras políticas serían posibles. Sin embargo, con una mayoría independentista en el Parlament, vemos lo que hay. Este Quim Torra es un testaferro de Puigdemont, que ya ha anunciado sus proyectos: trabajar por la independencia. Más de lo mismo. El PP, el PSOE y Ciudadanos incluso han temido la opción de acudir a otras elecciones catalanas en julio, porque sabían que las volverían a perder. Es triste, pero es lo que hay. Mientras no cambien esa realidad funesta, Cataluña no tiene arreglo.

En las últimas elecciones, Ciutadans (como se llama Ciudadanos allí) fue el partido que consiguió más escaños: 36. Pero el PSC se quedó con 17 y el PP con 4. El éxito parcial de Inés Arrimadas se cimentó con el trasvase de votos socialistas y la ruina de los populares, por la incapacidad de Iceta y Albiol. Pero no rascaron lo necesario donde había que rascar: en el independentismo más tibio. Con 57 escaños no les daba para formar Gobierno, ya que entre JxCat de Puigdemont, ERC y la CUP obtuvieron 70. Según los últimos sondeos, en caso de elecciones, los resultados serían semejantes, incluso peores para los partidos constitucionalistas. Significa que, a efectos políticos, la aplicación del artículo 155 no ha cambiado lo más pernicioso, se mantiene la mayoría electoral (aunque no del censo) que arropa a Puigdemont y los independentistas.

En el fracaso de Cataluña hay errores antiguos y modernos. Antes pensaban que la pela es la pela, y que con eso se contentaba a Pujol y a Mas. Pero ahora estamos en la fase de los sentimientos. Lo explicó muy bien en TVE el presidente de la Asociación de Empresarios de Cataluña, Josep Bou. Ya hay algunos que dicen: "Queremos la independencia aunque pasemos hambre". ¿Por qué? Son independentistas porque les han tocado los co…razones. Ya no es un problema económico, sino de orgullo. Falso orgullo, pero orgullo para ellos. El nacionalismo necesita los agravios para sobrevivir. Cuando no los tienen se los inventan. Y si los ultras de Madrid les ayudan con su catalanofobia, mucho mejor para ellos.

Todo eso ha llevado a una fase en la que sólo quedan dos salidas: hay que revisar las políticas con unidad e inteligencia, o se les da la independencia. A la fuerza ahorcan, pero no te votan. Hay que convencerlos.

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