Al sur del sur

Javier Chaparro

jchaparro@grupojoly.com

Caso práctico sobre una detención

Somos conscientes de que algunos se sintieron defraudados, pero también de que evitamos males mayores

Dudo que haya un solo periodista al que le resulte fácil informar sobre los casos en los que aparece algún menor como víctima, más aún cuando se trata de delitos que atentan contra su libertad sexual. El pasado miércoles, Europa Sur adelantó en exclusiva a través de su web la detención en La Línea de un policía nacional y entrenador de jóvenes futbolistas por su relación con un presunto caso de corrupción de menores. Había otros dos detenidos, de los que poco después se supo que eran los padres de un niño de 15 años que, en los últimos años, habría estado conviviendo bajo el mismo techo que el agente, fuera del hogar paterno.

La noticia corrió de inmediato por las redes sociales y otras webs, algunas de las cuales -como es su costumbre- se limitaron a copiar nuestro texto tal cual, obviando por completo citar a este periódico como origen de la información o citándolo de pasada.

Una minoritaria jauría humana se echó de inmediato al monte reclamando nombres y caras para proceder al linchamiento público. ¿Cómo actuar? En Europa Sur, al igual que muchos medios, partimos de la base de que los personajes anónimos deben seguir en esa situación por muy inculpados que estén en tanto en cuanto no exista una condena judicial. Ahí está el ejemplo de los miembros de La Manada, cuya identidad se mantuvo oculta por parte de la prensa seria hasta que no hubo una sentencia pública.

No ocurre lo mismo con los personajes que gozan de relevancia social: políticos, artistas, deportistas, etc, están a las duras y a las maduras y, por tanto, hay pocas (o, lamentablemente, ninguna restricción) a la hora de informar sobre sus problemas con la Justicia, aun cuando en muchas ocasiones son víctimas de denuncias sin consistencia con las que algún desalmado solo busca notoriedad.

En la redacción del Europa abrimos el debate sobre el caso práctico del policía linense, un personaje relativamente conocido que no en vano ha sido presidente del Atlético Zabal y entrenador de las categorías infantil y juvenil del club. Es decir, con suficiente relevancia pública como para ser identificado, por lo que decimos revelar al día siguiente, tanto en nuestra edición impresa como en la digital, su identidad junto con su foto.

Una llamada telefónica, no obstante, nos hizo cambiar de plan bien entrada la noche: un allegado al detenido nos trasladó el enorme dolor que la simple difusión de la noticia (aun sin el nombre ni la foto del policía) estaba causando a toda su familia. No entraré en detalles personales. Esa persona nos pidió que retirásemos la noticia de la web, petición a la que no accedimos, pero optamos finalmente por identificar al detenido solo con las iniciales de su nombre y apellidos para evitar que otras personas pudieran ser confundidas con él ya que, al menos, existe otro linense vinculado al mundo del fútbol y que es, a su vez, agente de policía. Algunos lectores nos reprochan que en ocasiones recientes sí hayamos ofrecido los nombres y fotografías (por ejemplo) de acusados por narcotráfico, aunque hay que insistir en que, en este caso, el detenido no ha sido aún juzgado y tampoco le constan condenas previas.

Estas líneas solo tienen por pretensión poner luz sobre nuestra tarea periodística, compleja, acelerada, honesta, sacrificada y sin embargo grata, en la que lo mejor son los compañeros de viaje. Somos conscientes de que algunos de nuestros lectores pudieron sentirse defraudados, pero también de que evitamos males mayores.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios