Carta de amor a una brótola

Me la pusieron a taquitos, cucurruítos por fuera y jugosos por dentro, con un sabor entre la pescadilla y la corvina

Me enamoré de la brótola en Tarifa, en el Playa Blanca, un pequeño bar que hay en la plaza de San Martín y donde bordan el pescado frito. Desde entonces trato de encontrarme con ella cada vez que es posible, preferiblemente en un plato de loza blanca, que es donde se disfruta más de estos encuentros.

Me la pusieron a taquitos, cucurruítos por fuera y jugosos por dentro y con un sabor a medias entre la pescadilla de fondón y la corvina plateada. Su carne es blanca, como la de la merluza, y su textura es como más blanda y puede recordar un poco a la de la pijota.

Es un pescado difícil de encontrar porque se estropea pronto. Suele verse por los mercados de abastos del Campo de Gibraltar. La he visto en el de Tarifa y también en el de Algeciras, dos sitios, por cierto, que cualquier amante de la gastronomía no se puede perder.

La tomé también en otro medio día de amor a primera vista en El Ancla, un templo del pescado frito de Tarifa, donde te la ponen como en flletes, también de gran aplauso.

En La Línea la brótola es un pescado de culto. Allí le llaman 'molla' y es fácil encontrarla en los bares de pescaíto frito que hay por La Atunara. Apúntense también en la ista de imprescindibles esta zona tatapológica de Cádiz. Si quieres enamorarte de la brótola te recomiendo que pruebes la que ponen en el bar de los Hermanos Tomillero.

Hacía tiempo que no la veía pasearse por los bares hasta que en esta Semana Santa me la encontré espléndida en Francisco La Fontanilla, en Conil. Allí Bartolo, todo un enamorado del mar y sus productos, la trae "cuando la encuentro en la lonja, que son pocas veces". La probé de una forma que no la había probado nunca, a tajás gordas con la espina incluida, como se come la pescadilla, y la experiencia fue la más bonita de mi vida… brotolamente hablando.

Hay cocinas que bordan la fritura y una de ellas es este restaurante de Conil. Es difícil conseguir que un trozo grande de pescado quede jugoso por dentro, que no se fría ni mucho ni poco, y esta brótola estaba perfecta. Bartolo afirma que también se come en Conil "en blanco" con un poquito de cebolla, papas y laurel.

Si alguna vez os encontrais brótola en algún bar de la provincia de Cádiz, probadla, no dejéis pasar la ocasión. Es otro de esos tesoros escondidos que todavía quedan en la provincia. Pruébala y comprenderás por qué me enamoré de ella… frituramente hablando.

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