Campo Chico

Alberto Pérez de Vargas

Nosotros y los nuestros

La verdad es que, dado el peso específico de la comarca y sus singularidades, debiéramos estar más presentes en los foros donde se toman las grandes decisiones. Sin salirnos de consideraciones objetivas, la importancia geopolítica y social del Campo de Gibraltar, aconseja tener en cuenta sus peculiaridades cuando se trata de acomodar las leyes a la realidad de donde se aplican. Ahí hemos andado esperando a ver si el alcalde de Vejer, José Ortiz, iba o se quedaba, con la esperanza de que diera la oportunidad a Pilar Pintor de convertirse en parlamentaria autonómica. La verdad es que, por más que nos convenga y que la concejal algecireña sea de merecer, estas formas de estar sin estar y de ser para no ser, no son elegantes. Nada impedía a Ortiz informarse de sus posibles legales para aspirar a lo que aspiró, antes de concurrir a los comicios. Dado que es un hombre muy de partido, su espantada parece formar parte de una estrategia. 

La gestión cultural en Algeciras ha ganado mucho con Pintor, se han alcanzando cotas inéditas

Pintor es una buena aportación a la política andaluza. Si su llegada al ámbito local en estos menesteres pudo sorprender, su decidida apuesta por ejercer la política de modo más visible, no da para menos. Porque nuestra gentil responsable de Cultura, daba una imagen más técnica que política. Ya no es lo mismo, ya tendrá que disponerse al ejercicio de la política sin reservas ni disimulos. Espero que sea lo que desea y que tenga fortuna en sus nuevos quehaceres, por su bien y por el de todos. No la perderemos por completo, pero nos quedaremos sin mucho de tanto  bueno como hay en ella. Sevilla será un horizonte envolvente para su familia en un momento que conviene a su futuro. La gestión cultural en Algeciras ha ganado mucho con Pintor, se ha enriquecido la oferta y se ha diversificado alcanzando cotas inéditas.

El mapa político de Andalucía se ha coloreado con tintes nuevos y prometedores. Estamos en un trance de corto y cambio que, a mi parecer, será positivo para el territorio. Porque una política de izquierdas –si es que podemos llamar así a lo hecho– es lo que menos conviene al desarrollo. El sitio de la izquierda es la oposición y, si acaso, una pasadita de vez en cuando por el poder, lo justo para suavizar los desmanes de esa derecha que se pone de perfil ante las limitaciones de la condición humana. Yo siempre he hablado a mis entornos liberales tratando de convencer a sus actores de que el mantenimiento de unos servicios sociales de amplio espectro es una inversión. Es el enfoque que hay que dar al asunto para que lo entiendan.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios