Punto de vista

José Ramón del Río

jdel35@hotmail.com

Cálculos electorales

Los excesos de la izquierda han sido los principales culpables de la aparición de Vox

Convocadas las elecciones generales, a las que seguirán las autonómicas en algunas comunidades y las municipales y europeas en todas, es natural que al electorado se le haya despertado el interés por el sistema para designar los elegidos por los votos ciudadanos. Durante estos años de democracia, la ley D'Hont, que es el método que aquí se emplea, no despertó especial curiosidad, porque en las elecciones solía haber dos partidos prominentes. Pero el panorama ha cambiado. En el espacio del centroderecha, apareció Cs, porque inexplicablemente los liberales no habían gozado del favor de los electores y, ahora, un partido de extrema derecha, surgido y nutrido del PP, porque sus fundadores fueron antes de ese mismo partido, al igual que sus votantes. En el espacio de las izquierdas, el PSOE goza ahora de una envidiable soledad, porque los comunistas, pese a su destacado papel en la Transición y pese a sus muchos cambios en las siglas, no han tenido éxito en la España democrática, y Podemos, que arrancó con fuerza, parece ahora desdibujado. No sé si el permiso de paternidad de su líder, al que sustituye en el liderazgo, precisamente, la madre de sus hijos, tiene algo que ver con la situación. A diferencia de casi toda Europa, aquí la extrema derecha ha tardado mucho en obtener representación parlamentaria. En mi opinión, han sido los excesos de la izquierda, que decidió ponerse el mundo por montera, los principales culpables de esta aparición, aunque otros señalen la tibieza de Rajoy o la maldad de su vicepresidenta.

Volviendo a la cuestión, preocupa a votantes de centroderecha que, por votar a Vox en lugar de al PP, Pedro Sanchez gane por fin unas elecciones. Me lo han preguntado a mí y también a otros más ilustres, como Pablo Sebastián y Luis María Anson, que dedican al tema sendos artículos. La opinión común es que el sistema favorece a los que obtienen más votos, porque se quiere favorecer el bipartidismo. Sebastián, en su artículo, dice que no es útil votar a Vox en 18 provincias (las de menos diputados) y sí lo puede ser en Madrid, Barcelona, Valencia Sevilla y Málaga. Anson, después de constatar que no es factible que PP y Vox se presenten coaligados, recomienda a los electores de centroderecha que se piensen muy bien a quien votan, para no hacer su voto inútil, dando lugar una mayoría de izquierdas. Ambos tienen razón y dan un buen consejo. El sentimiento puede olvidarse si lo que queremos es convertir en útil nuestro voto.

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