La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Bishopsbourne 3/8/1924

Entre el escritor y el lector hay una cadena de vidas formada por editores, traductores, libreros y otros lectores

Cuántas vidas hay en un libro? No hay soledad más acompañada y llena de presencias que la lectura. Releo, como todos los veranos, Lord Jim en la traducción de Ramón D. Peres, mal envejecida, pero por la que siento el afecto de ser la primera que leí hace muchos, muchos años. ¡Hay tantas vidas en este libro, además de la mía! La primera es la de Conrad, naturalmente, que lo escribió entre 1898 y 1899. Las segundas son las de los personajes de ficción -Jim, Marlow, Stein, Brierly, Jewel, Doramin, Dan Waris, el capitán Brown- y los seres reales que los inspiraron: para la primera parte de la novela, la tripulación del SS. Jedah, que abandonó su barco, creyendo que se hundía, el 17 de julio de 1880, dejando en él 778 peregrinos que viajaban a la Meca; para la segunda parte, el aventurero James Brooke que, tras implicarse en las luchas de los nativos, llegó a ser Rajá de Sarawak (Borneo). La tercera vida que vive en esta novela es la del editor William Blackwood que la hizo llegar al público por entregas en su Blackwood's Magazine entre octubre de 1899 y noviembre de 1900 para, ese mismo año, editarla en volumen.

Después vienen las vidas de sus editores y traductores españoles, singularmente las primeras ediciones de Montaner y Simón que descubrieron esta novela -y a Conrad- a varias generaciones de españoles en las traducciones pioneras de Peres, Baeza, Galindo o Guardiola (Juan Benet: "Ocho o diez años antes [de 1954] yo había leído mucho a Conrad en castellano, en casa de mi abuelo, en las ediciones de Montaner y Simón"). Muchos años más tarde vinieron las rigurosas de Verónica Canales o Benítez Ariza. Tras las de ellos, las vidas de los libreros, penúltimo lazo de vida entre Conrad y el lector.

El último son las innumerables vidas de quienes desde 1900 hasta hoy hemos leído esta novela, y las de quienes la seguirán leyendo cuando ya no estemos. Porque fue Conrad quien escribió que la literatura une a los muertos con los vivos y a estos con los que aún no han nacido. O son tan niños como mi nieta, que lo leerá algún día y de momento juega con él. La dejo hacer, aunque alguna página quede un poco maltrecha, porque serán huellas de amor cuando lo vuelva a leer.

Hoy se cumplen 96 años del fallecimiento de Joseph Conrad en su encantadora casita, como de cuento, de Bishopsbourne (Kent). Y el próximo octubre se cumplirán 120 años de la publicación de Lord Jim.

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