Al sur del sur

Javier Chaparro

jchaparro@grupojoly.com

Bienvenido, Mr. Rockefeller

"El reto para los alcaldes es aprovechar ese enorme caudal de nuevas inversiones sin caer en los desmanes de otras épocas"

Ricardo Soriano Sholtz von Hermensdorff da su nombre a la principal avenida de Marbella en honor a su decisivo papel como promotor de una ciudad que, especialmente durante la segunda mitad del S.XX, fue un referente turístico mundial. La Marbella de pescadores y huertos a pie de playa inició su enorme transformación de la mano de Soriano y de otras grandes familias como los Von Bismarck, Rothschild, Thurn und Taxis, Metternich, Goldsmith, Mora y Aragón o Thyssen-Bornemisza, que fueron adquiriendo suelos y propiedades en un territorio donde la temperatura cálida, la buena comida y los campos de golf eran actividades compatibles con hacer negocios de altura. La gran virtud de Marbella fue irradiar su fama al conjunto de localidades que forman parte de la Costa del Sol, aunque el modelo californiano original de desahogadas mansiones hace décadas que se prostituyó para derivar en un desaguisado urbanístico sin ton ni son, plagado de ilegalidades y barrabasadas, especialmente numerosas en la década de los 90 con la llegada del GIL a varias localidades. Marbella mantiene aún su maravilloso y envidiable microclima, pero hace tiempo que dejó de ser ese referente del lujo con savoir-faire y distinción, reducida hoy a urbanizaciones exclusivísimas como La Zagaleta.

No es casualidad ante este panorama que ciudadanos españoles y extranjeros con alto poder adquisitivo vengan buscando en el Campo de Gibraltar desde hace años un lugar donde fijar su primera o segunda residencia. San Roque es el municipio que mayor crecimiento poblacional porcentual ha registrado en la comarca -un 44% desde 2000- y más va a crecer si tenemos en cuenta los proyectos inmobiliarios en marcha, el último de los cuales es uno vinculado a los Rockefeller junto a La Alcaidesa para la construcción de grandes villas de lujo. No es el único plan de estas características en la localidad o en otras cercanas, como Jimena o Castellar, cuyos paisajes privilegiados y buenas comunicaciones las hacen especialmente atractivas para un público que con la pandemia ha aprendido a sacar todo el partido al teletrabajo.

Hay, no obstante, que tener ciertas precauciones ante este modelo de desarrollo urbanístico que acapara grandes extensiones de suelo en unas pocas manos y que eleva de manera automática los precios en el resto de inmuebles por un efecto de contagio, poniendo muchas veces en dificultades a la población local a la hora de encontrar una vivienda medianamente digna.

Sobre el papel, la reciente Ley de Impulso y Sostenibilidad de Andalucía (Lista) mantiene -al igual que su predecesora, la LOUA- que las actuaciones de nueva urbanización se reserve un mínimo del 30% de la edificabilidad residencial a vivienda protegida, porcentaje que se reduce al 10% en las actuaciones de reforma interior. Sin embargo, la nueva norma prevé excepciones que permiten a los ayuntamientos suprimir esas reservas de suelo para VPO y trasladarlas a otros puntos de los términos municipales. El reto es enorme para los alcaldes puesto que deben aprovechar ese enorme caudal de nuevas inversiones inmobiliarias sin caer ni en los desmanes de otras épocas, en las que todo suelo no calificado era de por sí urbanizable, ni en la generación de nuevos guetos reservados a la población más humilde.

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