LA colisión de una embarcación de la Policía de Gibraltar con otra de la Guardia Civil esta semana se produjo durante la persecución de ambos cuerpos de seguridad de otra nave en la que huían supuestos narcotraficantes. Tras la tensión que en los últimos dos años ha existido entre las fuerzas de seguridad del Peñón y las españolas en aguas de la Bahía de Algeciras, el incidente que nos ocupa hay que verlo como un ejemplo de lo que siempre debería ocurrir: cooperación entre policías para luchar contra la delincuencia. Porque el litigio sobre la soberanía de las aguas que rodean Gibraltar no puede servir de amparo para quienes se dedican a tráficos ilícitos en el Estrecho, sean éstos de tabaco, droga o personas. Nos felicitamos por esta colaboración.

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