El curso académico 19-20, quedará en la memoria de todos los actores de la enseñanza, como el año en que acabó el "antiguo régimen" de la educación tradicional. A causa de la pandemia, las aulas se han quedado desiertas y ha habido que acudir ineludiblemente a las nuevas tecnologías. Hay que hacer un inciso para felicitarnos, ¡por fín un motivo de alegría! de que al menos en este campo, los deberes estaban magníficamente hechos. Nuestro país posee una envidiable red de fibra óptica, superior a la suma de las redes de Italia, Francia y Reino Unido juntas. Ello ha permitido que se pudiera implantar el tele-trabajo y la enseñanza a distancia, de una manera extensa, sin que tengamos noticias de accidentes y caídas de red. Cuando hagamos balance, al final de la crisis, nos daremos cuenta de la ventaja competitiva que ello ha supuesto para nuestra economía en peligro. No podíamos imaginar, el común de los mortales, el gran número de impresoras 3D que existen en España y la cantidad de gente que son capaces de hacer con ellas, desde pantallas faciales y respiradores a lo que se necesite.

Conocerán ustedes el dicho, al que sólo hay que cambiar la localidad y poner detrás "......ciudad bravía, con mil y una taberna y ninguna librería". Lo he recordado, constatando que en nuestro país, al contrario que en el resto de Europa, se han abierto antes los bares que los colegios. Tengo para mí que la educación en España, padece una maldición bíblica pero que al menos, se mantenía un respeto por las enseñanzas, las asignaturas y la pedagogía. He leído muchas cosas sobre el paréntesis que la pandemia ha abierto, en el curso. La mayoría sobre las inquietudes de los padres que trabajan y no saben qué hacer con sus hijos. Se discute sobre la forma en que se pueden hacer los exámenes y hasta un exótico ministro de Universidades, ha dicho que copiar en los exámenes, es bueno si se hace bien. En ningún lado he visto preocupación, sobre cómo va a afectar a los alumnos este año de anormalidad. Si las Matemáticas se aprenden escalón a escalón y el de este año se ha saltado,¿influirá en el rendimiento futuro?. ¿Y en los más pequeños que debutan en la lengua y la escritura?. ¿Seguiremos cuesta abajo en el informe Pisa?. ¿Se agrandará la brecha académica entre alumnos ricos y pobres?. ¿Habrá alguien por ahí al que le interesa convertir el sistema de enseñanza, en una fábrica de analfabetos funcionales que son más fáciles de manipular?. Podemos debatirlo en la terraza de los bares que sí están abiertos.

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