La sanidad pública no acaba de superar el test de estrés al que la Covid-19 la viene sometiendo desde hace casi dos años. En el caso de Andalucía, las bajas entre el personal sanitario afectan en la actualidad a más de un millar de profesionales y los contagios han crecido un 145% en las últimas tres semanas. El despido de 8.000 personas en octubre pasado en el SAS, sin prever un empeoramiento de la pandemia, exigiría un acto de contrición por parte de los responsables políticos, no mensajes evasivos.

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