Desde mi pupitre

Aula Universitaria de Mayores

Como profesor, he podido ser testigo del fenómeno desde sus inicios en la Escuela Politécnica de Algeciras

La gente mayor, ya retirada de sus actividades profesionales, compusieron siempre los consejos de sabios de las sociedades primitivas. Hace honor el nombre a su sapiencia acumulada y a la oportunidad que, para los líderes de sus clanes o poblados, suponía el prestar oído a sus orientaciones. La sociedad contemporánea ha dejado de practicar estos rituales y llena ahora las ciudades de obras para consolidar el tópico del abuelo contemplativo de las obras públicas, mientras le lanza propuestas de atractivos viajes del IMSERSO.

En el amplio abanico de tareas en las que ocupar activamente el tiempo para las personas de más de 55 años que disponen de él, se creó hace años el Aula Universitaria de Mayores, de éxito notable en las sedes de la Universidad de Cádiz.

En el Campo de Gibraltar, la iniciativa alcanza ahora los 14 años y sus resultados son realmente positivos. Su larga trayectoria, inundando de sereno entusiasmo los pasillos de un par de centros universitarios de la ciudad de Algeciras, ha estado acompañada, casi desde el inicio, por la Asociación Julia Traducta, formada por el mismo alumnado que acude regularmente a clase las tardes de lunes, miércoles y jueves. Y viene desarrollando una encomiable labor de animación y extensión cultural. Esos días, la sede de la Fundación Campus Tecnológico de Algeciras suele ofrecer especial animación, revolucionada por corrillos de alumnos más mayorcitos de los habituales, tan entusiastas o nerviosos como el alumnado universitario tradicional de cualquier facultad del mundo.

Como profesor, he sido testigo del fenómeno desde sus inicios en la Escuela Politécnica de Algeciras. Y nunca ha dejado de sorprenderme. El entusiasmo por la cultura, las ganas de saber porque sí, el hormigueo en el estómago por la nueva experiencia como alumnado de aulas universitarias… aunque les hayan prometido que no hay de qué preocuparse, porque no ponen exámenes (no se fíe usted). Parece que lo pasan bien, aprovechan el tiempo y, tras 5 años de recibir clases, algunos siguen animados como para reengancharse como alumnado egresado. Ahora, tras los difíciles tiempos vividos en el último año largo, una relativa normalidad se va a instalar también en nuestra Aula de Mayores. En unos días se abre el plazo de matriculación del curso 2021-22, para iniciar sus clases un mes más tarde.

Hace un par de años, esta aula recibió la distinción de la Subdelegación del Gobierno en Cádiz, expresamente por "su importante labor en favor de la integración de las personas mayores de 55 años en la vida social, cultural y universitaria de su entorno". Siendo justo el galardón, creo que se queda corto en la definición, pues no refleja la otra vertiente, la de la aportación que ellos hacen al mundo de la universidad.

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