Diafragma 2.8
Paco Guerrero
De aislados
Activistas de Greenpeace han salido a desfilar en 10 ciudades, coincidiendo con el ya famoso Black friday, para concienciarnos sobre uno de los sectores más contaminantes y que es responsable de más del 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero, la industria textil. Con el lema “si no lo necesitas, no lo compres” nos animan a realizar un uso responsable de la ropa. La industria textil nos empuja a comprar, usar y tirar, sobre todo, con la llamada “moda rápida” que está basada en la elaboración de prendas muy baratas y a veces con dudosos sistemas en la contratación de las personas que las fabrican.
La experta Caroline Rush, directora del British Fashion Council (BFC), nos recuerda tres aspectos para minimizar el enorme daño ambiental de esta industria, reducir el volumen de ropa que se produce cada año, que se estima está en torno a los 100.000 millones de prendas en todo el mundo, alargar la vida de las prendas dándoles una segunda vida y mejorar las instalaciones de clasificación y reciclaje.
El investigador Fernando Valladares, que ha estado en Algeciras hace unas semanas, nos aporta datos muy interesantes a este respecto. Una familia occidental tira un promedio de 30 kilos de ropa por año. El 73% de esta será quemada o tirada a un vertedero. Solo un 12% será reciclad, y menos del 1% será usado para hacer ropa nueva.
El consumo de agua que hace la industria textil es digno de reseñar, teniendo en cuenta que es un bien preciado para todos y escaso para muchas personas que ni siquiera tienen acceso al agua potable. Fabricar un pantalón vaquero consume mas de 3.000 litros de agua y una camiseta de manga corta más de 2.000, nos recuerda también Valladares.
El desierto de Atakama, en el norte de Chile, es actualmente uno de los vertederos de la moda low cost. En él encontramos enormes montones de ropa, visibles desde el espacio, mucha de ella conservando todavía sus etiquetas de precios, de todo el mundo. Para entender cómo llega esta ropa a ese alejado desierto hay que tener en cuenta que en el extremo occidental de Atakama está la ciudad de Iquique, uno de los mayores puertos libres de impuestos de Sudamérica.
Millones de toneladas de ropa procedente de Europa, Asia y América llegan a este puerto, 44 millones de toneladas en 2022. En esta zona hay instaladas más 50 empresas importadoras que reciben ropa de segunda mano para comercializarla en Chile o en otros países, pero lamentablemente, gran parte de ella termina en el vertedero.
Es importante tomar conciencia de todo esto apoyando a marcas sostenibles o que fomenten la circularidad, donar y reciclar, elegir materiales orgánicos y que no requieran productos químicos ni demasiada agua para su producción. Pero, sobre todo, comprar solo aquello que realmente necesitemos, es buen momento para recordarlo… El planeta nos lo agradecerá.
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