Acomienzos del verano ya se nota el movimiento continuo de gente y hasta parece que se dan a conocer menos acontecimientos que causen disgustos. La ocupación masiva de las playas invita a divulgar otras noticias mejores. Hoy por hoy, no sabemos si los traslados a la costa buscando la orilla del mar o la arena de las playas seguirán moviendo la actividad económica como otros años. El verano siempre pone fin a las reuniones anuales de las Cámaras parlamentarias. Lo malo es que los problemas siguen amontonados de modo desordenado, sin que se confíe mucho en que las florituras políticas del Gobierno vayan a arreglar los asuntos como es debido. Predecir lo que está por llegar en otoño resulta difícil. Las acciones repentinas de Zapatero pueden llevar a pensar, a veces, que sus ideas se contradicen y que son irreconciliables. En cuanto se celebraron las elecciones europeas, al Gobierno le faltó tiempo para difundir una realidad más fea con nuevos cálculos económicos. Los Presupuestos Generales del Estado de 2009 tienen un futuro poco claro y seguro. La financiación autonómica es un asunto delicado. El Consejo de Gobierno de Cataluña quiere unas relaciones bilaterales con el Gobierno de España, para tratar la autonomía financiera, sin tener en cuenta que las Comunidades Autónomas deben ser financiadas de forma solidaria con arreglo al principio de coordinación con la Hacienda estatal. Zapatero necesita recuperar fuerzas con el reposo veraniego. La crisis económica tocará fondo cualquier día, pero no sabemos cuándo empezaremos a recuperarnos en España.