La Andalucía de los pingüinos

La presentación del acto del 28-F desata una polémica en las redes vivida desde Málaga como un ataque 'sevillita'

En su libro La España de los pingüinos, mi colega Enric Juliana explicaba que en la antigua Yugoslavia los ciudadanos se podían inscribir como serbios, croatas, bosnios, eslovenos… o yugoslavos. Estos últimos no llegaban al diez por ciento. No creo que alcancen ese porcentaje siquiera los andaluces que prefieran este gentilicio al de gaditano, sevillano, malagueño, granadino, cordobés, onubense, almeriense o jiennense. Hace unos meses presencié una conservación entre un destacado dirigente malagueño del PP y un periodista sevillano que lleva décadas viviendo en Málaga. Cuando mi colega le dijo que se sentía andaluz antes que malagueño o sevillano el político en cuestión ¡no se lo podía creer! La Andalucía de los pingüinos ha salido a relucir por la presentación de la entrega de medallas de Andalucía en la Maestranza de Sevilla. Una polémica tribal en las redes, con disparos cruzados sobre el acento de Chiquito y los miarmas, ha sacado el alma de serbios y croatas que algunos llevan dentro.

Se ha intentado hacer una ceremonia del 28-F más atractiva y participativa, pero hay que afinar el formato. La actuación excesivamente personalista del presentador ha provocado una agria polémica, vivida desde Málaga casi como una afrenta local. Domi del Postigo es un periodista de dilatada trayectoria en radio y televisión, con múltiples virtudes de seguridad y soltura. Llena el escenario, es ocurrente y apuesto. Sólo tiene un defecto; que todo lo pasa por el filtro de su persona. Que usteara a los hombres mientras tuteaba y piropeaba a las mujeres le ha granjeado críticas suplementarias.

Sería interesante saber quién ha dirigido este acto, que ha tenido otros defectos. No se entiende que en algunos premios colectivos como los de Doñana o la Guardia Civil suban al escenario múltiples protagonistas y no se haga lo mismo con los investigadores del Instituto de Biomedicina de Sevilla o los voluntarios de Cáritas. Una buena idea, torpemente aplicada. Y me disculpo por la observación, pero resulta impúdica tanta celebración por el fracasado rescate de Julen. Bien premiada está la Brigada de Salvamento Minero de Asturias, con el simbolismo subrayado por el presidente Moreno de la solidaridad interregional. Pero a Julen no se le recuperó vivo y tiene una familia de luto.

En definitiva, se ha intentado darle vidilla al 28-F con una Gala de los Goya. Y las críticas al resultado destartalado se han visto desde Málaga como un ataque sevillita a los malagueños que mandan en la Junta. Hay pocos pingüinos en nuestra Antártida.

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