Aguas sucias

La cuestión es si queremos levantar el soterramiento, eliminar las aguas sucias y pestilentes que recorren la ciudad

Los últimos regalos que nos hacen las hermanas Del Águila, a través de este diario y en forma de las magníficas fotografías tomadas por su padre, Foti, nos relatan fielmente el ocaso del degradado tramo urbano del Río de la Miel y su indigno soterramiento.

Curiosamente, en su tramo alto, desde su nacimiento hasta el casco urbano, presenta importantes valores naturales y paisajísticos. Su agua pura podría llegar así a las calles de Algeciras, pero el río se convirtió en cloaca por la recepción de las fecales de muchas barriadas de la ciudad, duplicada por razón del desvío hasta Los Ladrillos. El descontrol urbanístico de Algeciras lo permitió.

Pero ya sería hora de que eso cambiase y que Algeciras volviera a disfrutar de su río, y que así lo exigiésemos. Hermosos paseos fluviales tienen muchas ciudades y la regeneración del río podría dotar a la nuestra de tales envidiables lugares. La avenida Villanueva de Algeciras y su conexión hasta la estación ferroviaria podría dotarse de ese espacio, que sin duda ayudaría también al relanzamiento de la zona baja de la ciudad. No solo sería un atractivo más, que haría más amable y habitable Algeciras, sino que medioambientalmente sería una grandísimo logro.

La cuestión sería la eliminación de tales conducciones fecales que recibe en su cauce original y en el desviado, y que terminan en el Puerto, ocultada en lo visual, pero por mucho que pese, a veces no en lo oloroso.

Muchos proyectos de generación de ríos soterrados se están ejecutando en España, desde el Manzanares en Madrid, el Nervión en Bilbao -donde se construyó un parque fluvial en su ribera- o las actuaciones habidas en el Besós, en Barcelona, o en el Piles, de Gijón. Las ciudades que vuelven a mirar a sus ríos, es el reciente reportaje de RTVE donde documenta tales actuaciones.

No podemos ser menos y conformarnos con que las aguas del Río de la Miel, convertidas en residuales, acaben bombeadas a la depuradora de Isla Verde. Y tampoco es admisible que el agua ha de ser captada gratuitamente, cercano su nacimiento, para la venta al algecireño por parte de la empresa de aguas, hecho este que ya fue juzgado y sentenciado.

La cuestión es si queremos levantar el soterramiento, eliminar las aguas sucias y pestilentes que recorren nuestra ciudad, vergonzosamente tapadas durante decadas, y que las aguas claras y limpias vuelvan a la población para disfrute del algecireño. Yo voto por ello, aunque sé que será difícil cuando primero hay que pagar los 243 millones de deuda bancaria, que también tapan tanta suciedad.

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