Era cuestión de tiempo y de lógica política. Sánchez, el del donde dije digo digo Diego, admite ahora que no agotará la legislatura y ya baraja elecciones generales para la próxima primavera. El presidente no elegido en unas votaciones ve probable ahora que fracasen sus negociaciones con Podemos y que la falta de presupuesto le dé una buena coartada para llegar a las urnas. Este variable y desenfocado Gobierno ni siquiera sabe cuánto puede gastarse, y eso es algo que complica enormemente el proceso mientras las ministras de Hacienda y Economía, Nadia Calviño y María Jesús Montero, hacen números en sus agendas que no saben si acabarán durmiendo el sueño de lo efimero. Todo un desbarajuste, un barco al mando de Julio Cesar "Sánchez" (alias El breve) y con el timón roto, sin brújula. Es lo que da de de sí estos cien primeros días de desgobierno. ¿Me pueden decir para que valéis si no es para que os paguemos pensiones indecentes vitalicias? Quid pro quo.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios