Análisis

marcos galiana

Entre lo tradicional y lo novedoso

Siendo prácticos, ni todo lo que tradicionalmente venimos haciendo es válido en nuestros días como tampoco lo son aquellas novedades que van apareciendo. El tiempo pone cada cosa en su sitio, solemos decir. Con la experiencia vamos adquiriendo conceptos que incorporamos a nuestro día a día. Nuestras Hermandades van adecuando su vida a la nueva realidad del mundo. Adecuar no es renunciar o abandonar los fines para la que fueron creadas. Sino adaptarnos para vivir en el mundo de hoy, aportando la propia personalidad y ofreciendo su particular identidad.

Los fines deben mantenerse pues son las pautas que marcan el rumbo de las Hermandades. Pero a la vez deben desarrollarse en la realidad actual que vivimos. Ni en realidades paralelas, ni en fantasías utópicas, ni en una lastrada tradición que nos impida reconocernos. El fin primordial es promocionar el culto y la devoción, junto con la acción anunciadora del Evangelio, cuidando y practicando la justicia, la caridad y la solidaridad, que son rasgos de la identidad de la Iglesia; y atendiendo con prioridad la formación básica y permanente de sus miembros. Son los 3 pilares fundamentales que sostienen el ser de una Hermandad. Y deben realizarse las 3 en conjunto, unidas indisolublemente y en permanente equilibrio.

La introducción de las nuevas tecnologías, unido a un mundo globalizado, facilita enormemente su desarrollo sin olvidar que es necesario llegar al interlocutor personalmente. No es suficiente dejar un mensaje de twitter, crear un "hashtag", tener muchos seguidores en "instagram"o tener agregados muchos "amigos" y "seguidores" en Facebook. Es necesario el trato humano, mirar a los ojos a la persona, vivir la realidad del otro. Sin empatía, sin cercanía, difícilmente podremos interactuar con aquellos que se reconocen como nuestros hermanos, difundir el Evangelio ofreciendo nuestro testimonio al mundo y ejercer la solidaridad allí donde se necesita.

Sobreviviremos si nos adaptamos. Desaparecemos si renunciamos a lo que somos.

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