Los tiempos cambian. Eso es una obviedad. Las costumbres de hace 30 años no son las mismas que las de ahora. Eso sí, nos empeñamos en que lo sean. Es frecuente escuchar críticas sobre los nuevos 'hobbies' de los niños de ahora. Las nuevas tecnologías llegaron para quedarse y los más jóvenes han ido creciendo con ellas, son una más en sus vidas. Atrás quedaron esas bonitas costumbres de jugar en la calle a la pelota, o ver a varios niños pasear en bicicleta. Los niños de ahora han nacido pegados a una consola o a un móvil, al menos la mayoría. Los padres de antes tampoco son los de ahora, claro está. Aunque, me llena de curiosidad observar que los mismos que anhelan esos tiempos pasados, en los que la juventud correteaba por las calles y eran felices con unas canicas o con un balón, son los primeros en dar las quejas cuando escuchan una voz más alta que otra o cuando ven a dos niños pegando pelotazos en la plaza. Por no hablar de los numerosos carteles de 'Prohibido jugar a la pelota'. Los niños cambiaron, sí. Pero porque los mayores también lo hicieron.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios