Análisis

Gumersindo Ruiz

"Ni está el mañana -ni el ayer- escrito"

Se comenta que la inflación va a dificultar la recuperación de la economía, pero si somos más cuidadosos y reducimos el consumo de electricidad y gas, vamos más despacio y ahorramos combustible, el precio de la energía bajaría. Reducir consumos mejora sin duda, no empeora, la recuperación; y en las empresas, la tecnología reduce consumos, costes, y permite mantener precios. "Ni está el mañana -ni el ayer- escrito", dice Machado en El dios íbero.

No es verdad que todo sube; miro el índice del transporte de granos, Baltyc Exchange Dry Index, que cae un 50%, a niveles de 2011. Son fletes marítimos a granel, pero es importantísimo para los alimentos; y no sólo granos, pues hace años vi en el puerto de Málaga un ingenioso sistema, adaptando una especie de odre al contenedor, para transportar vino y aceite con climatización estable. Por otra parte, al igual que el crecimiento de ese índice de transporte ha sido muy bajo, otros bienes y servicios no han subido en años, aunque siempre hay quien pierde o gana en las crisis, como vemos con la energía, o los alquileres en algunas ciudades, pues en este río revuelto es fácil justificar subir precios por encima del impacto que se sufre. Con la inflación en el entorno del 2,2% en el área del euro, y un 2,5% en España y con tipos de interés a diez años entre cero y uno por ciento, el interés real seguirá siendo negativo. A pesar de que los precios al alza erosionan la capacidad adquisitiva, el 41% del ahorro en España se mantiene en liquidez, suben algo los fondos de inversión y planes a 20,7%, cae la inversión directa en renta fija y variable a 35,3%, y no cambian las reservas de seguros, que es una forma de ahorro. Tres ideas podemos sacar de aquí; una, que la liquidez de más de un millón de millones de euros que se mantiene en España parece señalar una voluntad de dedicar dinero a consumir más que a ahorrar; otra, que la posición en liquidez sufre por el aumento de los precios al consumo, aunque sea discreto; y, por último, que este deterioro afecta de manera muy desigual a las familias, pues productos que suben mucho como la energía supone un porcentaje importante de una renta familiar baja, mientras que, para otras, con otro nivel de renta y estructura de gasto, es poco.

De estas cosas y otras más complejas, hablábamos la semana pasada con alumnos y profesores de la Facultad de Económicas de Jaén, gracias a la iniciativa del profesor Juan Carlos Rodríguez Cohard. Antes había subido hacia el Museo Íbero, pasando por la extraordinaria librería Orwell -que se autodenomina "la más pequeña de Jaén", pero que es inmensa en contenido de libros que nunca pueden llamarse viejos, pues son todos actuales y necesarios-. Leo que para los íberos el mundo se configuraba entre los espacios conocidos, vividos, transitados, de la ciudad y de la naturaleza productiva controlada; y el espacio desconocido, lejano, donde lo salvaje y el misterio sobrenatural se entrecruzan. Vivimos en un mundo, material y de ideas, muy complejo, pero quizás nuestra naturaleza primordial sigue siendo simple, aferrándonos demasiado a lo familiar, y aterrados por lo que no controlamos: el cambio climático, la enfermedad, o el funcionamiento escurridizo de la economía.

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