Salvo que haya utilizado su cuenta de correo electrónico sólo para cartearse con un primo lejano, tanto usted como yo habrá recibido en los últimos días un aluvión de mensajes para informarnos de la nueva normativa europea sobre protección de datos. El pasado 25 de mayo expiraba el plazo máximo para informar a los usuarios de dónde obtuvieron nuestros datos y si queremos seguir cediéndoselos. Y, admitámoslo, sólo nos leímos el primero o a lo sumo dos de la ristra de mensajes recibidos pese a que la normativa (y la obligación de mandar el aviso) preveía un plazo de dos años para enviar los correos de marras. Cada vez es más difícil ser un Robinson en un mundo hiperconectado, por lo que toca llevar con entereza que medio Silicon Valley sepa más de nuestras vidas y nuestros gustos que nosotros mismos. Cosas de la vida moderna.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios