No voy a decir que la canción Despacito en cuestión me guste, pero tampoco la considero una ofensa contra los derechos fundamentales de las personas. Rizando el rizo, el Instituto Vasco de la Mujer, Emakunde, se ha propuesto ofrecer a sus ciudadanos unas fiestas populares libres de machismo y en las que destaque la igualdad entre géneros, por lo que ha prohibido que este tema suene durante las fiestas. Además, los censores prohiben también Cuatro Babys, de Maluma; Súbeme la radio, de Enrique Iglesias; Vente pa ca, de Ricky Martin, o Me enamoré, de Shakira. No ha sido Francisco Franco, no. Esto ocurre entre llamados "demócratas". Eso sí, no predican con ejemplos de justicia, en sus plazas y calles siguen permitiendo homenajes a asesinos terroristas que no llenaron precisamente las calles de música y sí de dolor y sangre de personas inocentes. Como dijo aquel: "Maestro, hay gente pa to".

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