Los inversores volvieron a mostrar ayer un claro tono de aversión al riesgo, con caídas de la Bolsa y subidas en los precios de los bonos soberanos. Los mercados continúan atentos ante el último día de la reunión de la OTAN en Madrid, tras la cual se explicarán los principales acuerdos alcanzados. Uno de los objetivos de la UE consistirá en reducir la dependencia energética de Rusia a raíz de la invasión de Ucrania. El sector europeo se enfrenta no solo a problemas de suministro, sino también de capacidad por los reducidos niveles de inversión en los últimos años.

En esta línea, la alemana Uniper negocia un rescate con el Gobierno alemán, ante la reducción de los volúmenes suministrados por Gazprom desde junio, un 40% del total contratado.

En Asia-Pacífico, los índices tuvieron un comportamiento a la baja, salvo Shanghái, que sube más de 1%, apoyada por el dato del PMI manufacturero de China, indicador adelantado de la evolución del sector industrial, que repunta 0,6 puntos básicos hasta 50,2 puntos. Sin embargo, el consenso esperaba 50,5 puntos. Aunque la producción ganó impulso con el fin de las restricciones de movilidad, la incertidumbre ante posibles nuevos confinamientos, el deterioro del consumo interno y externo y las consecuencias de los conflictos geopolíticos han lastrado la evolución de las manufacturas.

Las bolsas europeas cotizaron en rojo. El Íbex 35 cerró en 8.098,70 puntos (-1,09%); los repuntes de Grifols (+6,15%), Acciona Energía (+2,68%) o Indra (+2,68%) no compensaron la caída de otros, como Acerinox (-4,74%), Sacyr (-4,73%) o Caixabank (-4,13%).

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