Una crónica de una muerte anunciada

Un Gobierno en minoría debe dialogar para acordar. Por el PSOE-A no va a quedar

Como el título de la novela de Gabriel García Márquez lleva camino de acabar la historia del Presupuesto de la Junta de Andalucía para 2022. Una oportunidad perdida para practicar el cada vez más escaso arte de dialogar y acordar en política, cuando lo que está en juego es el interés general de nuestra tierra a la salida de una pandemia.

La prueba del algodón del Gobierno de Moreno Bonilla para demostrar que no se deja secuestrar por la extrema derecha andaluza puede convertirse en un suspenso clamoroso del presidente en su figura de gestor, supuestamente moderado, y dispuesto a llegar a acuerdos con otras fuerzas políticas. El PSOE de Andalucía es un partido responsable y comprometido con Andalucía con mentalidad de Gobierno y no de oposición.

Ante la difícil situación económica y social y el cautiverio del Gobierno andaluz por parte de Vox en el que parece encontrarse cómodo, ofrecí el pasado 1 de octubre al presidente de la Junta algunas propuestas sobre los principales temas que preocupan a los andaluces y andaluzas para desbloquear el Presupuesto. Aunque la perplejidad se dibujaba en la cara de mis interlocutores ante esta oferta sincera, una oportunidad al diálogo constructivo se abría ante nosotros.

El lema del PSOE-A es avanzar y aportar soluciones que mejoren la vida de las personas. Eso hicimos. Entregué al presidente de la Junta un documento con propuestas progresistas. Soluciones para mejorar la elaboración, gestión y ejecución del Presupuesto y los fondos europeos. Para avanzar en los sistemas públicos de salud, de educación y de protección social. Para consensuar el futuro de la Atención Primaria, la salud mental, los cuidados, la reducción de las listas de espera, la disminución de las ratios en las escuelas, la escolarización de 0 a 3 años o la suficiencia de las universidades. Para un mayor impulso económico, empleo de calidad y oportunidades para la juventud. Para la cultura y la ejecución de la ley de memoria democrática. Y soluciones también para la financiación de los ayuntamientos.

El Gobierno tardó 19 días en convocarnos a una reunión con el consejero de Hacienda. Y acudimos con los deberes hechos. Entregamos un nuevo documento detallado de propuestas cuantificadas y ofrecimos soluciones basadas en el diálogo y la planificación para contribuir a resolver los problemas que ese mismo día salieron a la luz con el despido masivo de los 8.000 sanitarios. Nos encontramos con una propuesta cerrada de Presupuesto, lista para aprobarse. El silencio posterior del Gobierno parecía dar a entender que no cabía negociación alguna. Y por si había dudas, cuando preguntaron al vicepresidente si iban a contestar a las propuestas del PSOE-A, la respuesta fue: "Se van a quedar esperando" ¿Qué negociación es ésta?

El 27 de octubre el presidente compareció en el Parlamento. Y presentó un Presupuesto para 2022 que desconocíamos aún, y ante el que sólo cabía la adhesión incondicional. El viernes 29 nos entregaron un documento valorativo de sus propuestas que, de nuevo, no aporta nada al proceso de diálogo ofertado. Finalmente, este miércoles, el Consejo de Gobierno aprobó el proyecto de ley. La experiencia me recuerda la película La Gran Belleza, de Paolo Sorrentino, y la gran falsedad que muestran sus personajes. El Presupuesto aprobado es un conjunto de propuestas inconsistentes, un desfile de números huecos y políticas descompuestas ineficaces. Lastrado por los acuerdos con la ultraderecha radical y por la incompetencia de no saber gestionar más de 5.000 millones de euros de fondos europeos y estatales. Un Presupuesto falso porque no crece un 9% sino que decrece un 11%. De recortes, de inejecuciones y de déficit público que incluye rebajas fiscales a las rentas más altas por importe de 400 millones de euros al año que podrían financiar, por ejemplo, que ningún sanitario tuviera que irse a la calle.

Decir una cosa y hacer otra es una gran mentira a los andaluces. Un Gobierno en minoría debe dialogar para acordar. Si no lo hace o es por soberbia o porque quiere forzar una prórroga para justificar que prefiere el adelanto electoral antes que se percaten de que la agenda del Gobierno está vacía y no hay balance de acciones más allá de la gestión de la pandemia. Si eso ocurre, será sólo su responsabilidad. Por el PSOE-A no va a quedar. Nosotros seguiremos siempre trabajando por Andalucía, defendiendo el interés de los andaluces y andaluzas, y con propuestas y medidas concretas.

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