Las encuestas deben de dar al alza la victoria de Ayuso en Madrid porque a su vez crecen los improperios contra Vicente Vallés en twitter. La línea actual es comparar al director del Antena 3 Noticias 2 como un monstruo de la propaganda nazi y se le relaciona con horrendas fotos de la II Guerra Mundial. Es una señal de que Vallés se gana a pulso los más de 3,3 millones de espectadores de cada noche (un logro en un mes primaveral) y que sus análisis son certeros, donde habitualmente pone contra las cuerdas a Pablo Iglesias. Tuerketeros y tuerketeras se ponen a piar. Habrá que volver a recordar el sincero origen de Vallés: una chabola de Vallecas construida por su abuelo. Otros con bastante menos se dan golpes de pecho de barrio para rebañar hacia sus intereses. El de Antena 3, que dio sentido a La noche en 24 Horas, espacio que nunca ha vuelto a tener la calidad que él le imprimió, no necesita justificarse.

En otro canal de Atresmedia, cómo no La Sexta, el tema del crispado viernes fue el plante de Pablo Iglesias en la cadena SER y la carta con las balas (son tres pero sólo da ruido una) y ocupó todo el Más vale tarde mientras se redactaba la nota con la que se suspendía el debate electoral del lunes.

Iglesias ha conseguido subir la temperatura, enervar los ánimos y personalizar el conflicto frontal con Vox, que ha ido buscando desde que salió de la Moncloa con ganas de bronca. Es la naturaleza de este polemista con sus frases hechas, su demagogia de plató y sus victimismo de cristal. Él y su cúpula son los que han contribuido más a esta sensación de agobio guerracivilista que nos sacude. Con esa actitud de invocar fantasmas hace ya años que levantaron los ardores en el otro (Francisco) flanco. Todavía debemos agradecer a la providencia que no estuviera Rajoy al frente del Gobierno en la pandemia y que estos Juegos Olímpicos no fueran en Madrid.

Iglesias quería reyerta y la ha encontrado. Angels Barceló fue demasiado cortés con el encorajinado ponente que sin debatir se erigió así en protagonista.