Manda huevos que buscándote la vida pescando en las aguas que rodean tu tierra vengan unos intrusos reclamando que les pertenece el mar. Y que como piratas de medio pelo te aborden, insulten y no te dejen continuar con tu labor utilizando sucias artimañas, reclamando para sí algo que por historia y tratados ni les pertenece ni pertenecerá jamás. No es de recibo tales incursiones intimidatorias a este sector de la población linense que vive de los frutos de las aguas de Levante y Poniente. ¿Para cuándo y de verdad se sentará nuestra clase política a abordar de frente y sin la cláusula del qué dirán este problema? Cualquier día puede estallarles en la cara, cuando se produzcan hechos que nadie quiere y que a tenor de los acontecimientos pueden acontecer en cualquier momento. Es de bien nacido ser agradecidos. Empecemos a convivir como buenos vecinos. Nos acercan más cosas de las que nos separan.

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