Análisis

FÁTIMA DÍAZ TORRES

El 'adiós' de María Teresa

Dice el refrán que "una retirada a tiempo, siempre es una victoria", y es una gran verdad, en la vida, en el trabajo y, aún más, en el cruel mundo de la televisión, que no perdona ni los años, ni las meteduras de pata, ni la soberbia. María Teresa Campos, esté atravesando o no un mal momento económico -ella lo ha negado hace unos días a través de un comunicado-, debería aplicarse el cuento. A sus 78 años de edad, la veterana periodista puede presumir de una encomiable carrera en radio y televisión y, sin duda, es una de las grandes maestras de la comunicación en nuestro país. Pero no ha sabido retirarse a tiempo para no caer en la debacle que en la actualidad se han convertido sus apariciones televisivas.

No seré yo quien defienda a Jorge Javier Vázquez en el enfrentamiento que ambos protagonizaron en Sálvame Deluxe, pero tiene razón en una cosa: María Teresa no ha sabido prepararse para el adiós. El resto del contenido de su disputa me parece banal -como a muchos espectadores-, aunque estoy de acuerdo en que la Campos hace tiempo que debería haberse adaptado y, lo que es más, ni siquiera entrar en los culebrones que suele protagonizar su prole, bochornosos capítulos interminables que no conducen a ningún sitio de la mano de los colaborares de turno, entre los que hay que la admiran, mientras otros reniegan de ella.

¿Por qué no hay un programa ahora para María Teresa Campos? Quizás fue ella misma quien se cerró puertas al protagonizar aquel esperpéntico reality sobre su familia que marcó el principio del fin de una carrera seria y exenta de polémicas. Su relación con Edmundo, Bigote Arrocet, tampoco ha contribuido a mejorar su imagen, perjudicada como está a consecuencia de tanto mano a mano inútil, y ya ahora polémico, con Jorge Javier.

La sonada entrevista de María Teresa en el Deluxe de la semana pasada sigue costando disgustos a la malagueña. Algunas frases un tanto fuera de lugar han provocado una campaña de acoso y derribo contra ella por parte del equipo de Sálvame que, tal y como ella misma ha confesado, están costándole la salud.

Para alguien con tanto ego, debe suponer una tragedia dejar de ser la 'reina de las mañanas', como ella fue. Pero es que, en los mentideros televisivos, muy pocos tienen buen recuerdo de María Teresa en plató. Los pelotas de turno se han dado a la fuga tan pronto como comenzó a decaer su reinado y ahora ella, sola y sin hijas ni nieta que la sepan defender, se enfrenta a un presente laboral poco halagüeño. Sus presuntos problemas con Hacienda son secundarios; lo que verdaderamente importa es si María Teresa tiene suficiente inteligencia para reinventarse.

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