Ya nos temíamos que podía pasar esto para darnos cuenta de que no corren tiempos de sosiego. Divididos hasta más no poder, para sacar adelante cualquier acuerdo en el Congreso de los Diputados hay que echar mano de unos separatistas que no dejan de recordarnos cuáles son sus intenciones. Con carácter anual, los Presupuestos Generales del Estado incluyen la totalidad de los gastos e ingresos del sector público estatal y ya se sabe que si no se aprobaran dentro del plazo correspondiente, se considerarán automáticamente prorrogados los Presupuestos del ejercicio anterior hasta la aprobación de los nuevos. Sabemos que corresponde al Gobierno la elaboración de los Presupuestos y a las Cortes Generales su examen, enmienda y aprobación. Eso sí, con tanta fragmentación parlamentaria, cada grupo intenta sacar provecho de la Ley de Presupuestos. Estar preocupado por llevarse la mejor tajada presupuestaria puede impedir velar por el establecimiento de un equilibrio económico, adecuado y justo, entre las diversas partes del territorio español, en contra de la solidaridad y la igualdad territorial a las que se refiere el texto constitucional. Se avecinan unos meses muy movidos desde la óptica electoral. Sin duda el maratón de elecciones afecta a la marcha del país y convierte cualquier asunto en un adorno propagandístico. No sabemos en que parará el separatismo, un feo asunto que por lo pronto sólo ha conseguido enfrentar a los propios catalanes. La actual composición del Congreso de los Diputados permite que los separatistas se lleven por delante los Presupuestos Generales del Estado.

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