La mayor empresa energética de Europa y del mundo en gas natural licuado sigue beneficiándose de los elevados precios de la energía, y ha mejorado sus previsiones a largo plazo ante la elevada demanda y las disrupciones en el suministro surgidas por la guerra en Ucrania, junto a las restricciones a las exportaciones rusas. De esta manera, ha revertido la amortización de 4.500 millones de dólares del valor de sus activos de petróleo y gas, y estima un precio del Brent de 80 dólares en 2023.

El margen de refino en el segundo trimestre ha sido de 28,0 dólares por barril frente a 10,2 en el 1T, lo que ha incrementado los beneficios en torno a 1.000 millones de dólares. Respecto a la producción de GNL, este trimestre ha sido algo inferior a la del primero. A su vez, Shell ha anunciado que va a construir la mayor planta de hidrógeno renovable de Europa, que comenzará a funcionar en 2025. En mayo anunció que espera aumentar el retorno a los accionistas en forma de dividendos y recompra de acciones por encima de su objetivo del 30% del flujo de caja de operaciones.

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