Fue una de las primeras personas en España en llevar una ortodoncia y así la crueldad era mayor con ella: "mira si esa mujer es fea, que le han puesto un bozal", oía por la calle. La fealdad, más que el gordismo, es la excusa recurrente para herir a los vulnerables en el bullying social. A la actriz Mary Santpere le llegó a preocupar de joven su aspecto, pero su padre, Josep, según las crónicas el actor catalán más completo de su tiempo, la tranquilizó: pudiera ser que la estética no era el punto fuerte, pero a su hija le sobraba carisma y personalidad. A veces no lo pasaría bien, pero lo suplía con confianza. Y con lo que llaman vis cómica, que a veces es sólo pisar fuerte sin que nadie se dé cuenta. Mary es a su vez una de las actrices españolas más completas de todos los tiempos y una cómica pionera que aún sigue sorprendiendo y haciendo reír. Payasa a mucha honra.

La recientemente fallecida Rosa María Sardá tuvo en ella su más cercano referente. Mary Santpere era La reina del Paralelo, como volverá a relatar esta noche el programa Imprescindibles (21.30, en La 2) y la Sardá, la archiduquesa de Miramar. Abajo estaban los teatros que insuflaron cosmopolitismo a la Barcelona más aperturista e integradora; arriba, en la montaña, estuvieron los primeros platós de TVE en Cataluña, cuando eran vanguardia para España.

De aquellas esencias queda bien poco en una Cataluña ombliguista y retrógrada, una Barcelona que se disfraza de independentismo rural y a la que le faltan figuras de relieve y de reconocimiento. Mary Santpere era una magnífica embajadora de la cultura catalana y una defensora de la cultura en catalán, todo con una elegancia sin estridencias, que se echa en falta. Era una señora que despertaba aplausos y carcajadas. Los más simples creerían que todo era debido a que era fea. Si lo miramos con los ojos de hoy lo que vemos es una actriz valiente, una mujer sin complejos que había conseguido su sitio con la naturalidad de las personas que son evidentemente grandes.

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