Estados Unidos ha decidido dar un paso más en su aislacionismo al dejar de formar parte de la Unesco, la organización de Naciones Unidas que se ocupa de la educación y la cultura. La administración Trump alega que la entidad ha entrado en una deriva anti israelí desde que acogiera en su seno a Palestina, en 2011. Pero ojo, bajo la administración Obama (al que ahora todo el mundo parece añorar) Estados Unidos dejó hace años de pagar las cuotas para contribuir al mantenimiento del organismo, lo que al caso viene a ser lo mismo, salvo que pueden dejar de llamarte moroso. Abandonar una entidad internacional de promoción de la educación y la cultura por cuestiones de alianzas geopolíticas no es más que otro símbolo de unos tiempos marcados por medidas catetas y ancladas en el corto plazo. Y así nos luce el pelo.

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