Jornada dispar en los principales índices bursátiles tras las fuertes caídas de ayer, las más intensas desde junio de 2020.

El temor de desaceleración económica viene impulsado, en gran medida, por la negativa evolución de los datos macroeconómicos de China. Tras el anuncio del mes pasado de las autoridades chinas de poner en marcha un paquete de estímulos fiscales, la actividad económica sigue ralentizándose, registrándose en abril el menor aumento de exportaciones desde el inicio de la pandemia. Ante esta coyuntura, las autoridades económicas chinas buscan ampliar el tono expansivo de la política monetaria para aumentar la liquidez en la economía y apoyar a las pequeñas y medianas empresas.

En Europa, las expectativas de estanflación en el segundo y tercer trimestre se diluyen ante el comienzo de la temporada turística, el ligero alivio de las cadenas de suministros y la caída en los precios de la energía. La moderación del coste energético a corto plazo se justifica no solo por la estación del año, sino también por el menor consumo de China. No obstante, su tendencia sigue condicionado por la evolución del conflicto bélico en Ucrania. En esta coyuntura, la confianza de los inversores alemanes en abril mejoró ligeramente, situándose en -34,3.

En Europa, el Eurostoxx ganó un 0,79% y el DAX 40 un 1,15%. El Íbex 35 cerró por encima de 8.100, quedando plano. Las mayores revalorizaciones fueron para Grifols (+6,31%) y Sabadell (+3,08%), y los mayores retrocesos, Meliá (-9,97%) e IAG (-3,73%).

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