Alcancé a entender que los pregones de Semana Santa se dividen en dos: cofrades o valientes. Nunca me enteré cuál era el bueno y cuál el malo, aunque profundizando más también me enteré de que los pregones se dividían también en cortos y largos. Los buenos eran los cortos. Como los pregones de Semana Santa, sean cofrades o valientes, sea lo que sea eso, son cristianos, la caridad impera en la crítica. Por lo tanto, no hay pregón que, por mucho ripio bobo que tenga, signifique que el pregonero sea lanzado al foso. El pregón de Carnaval es lo contrario, como ser presentador de los Goya: el pregonero va al foso de todas todas. He llegado a escuchar lo aburridos que han sido los últimos pregones de Carnaval. Creía que todos los pregones eran aburridos como sello de género, pero valoro que todavía haya gente tan valiente en este mundo como para ser pregonero de Carnaval. E ir al foso.

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