Análisis

Iván Llanza ortiz

Miembro de la Academia Andaluza de Gastronomía y Turismo.

Paz en el vino y brandy

El titular de esta tribuna puede llevar a engaño a alguno de los lectores y se piensa que en la Denominación de Origen más antigua de España hemos estado a tiros y ahora ha llegado la calma. Nada más lejos de la realidad y ahora entenderán el porqué de tan tendencioso titular. Para aquellos que aún no lo sepan, nuestra compañera y amiga Paz Ivison ha sido galardonada con el premio anual que otorga nuestra Academia Andaluza de Gastronomía y Turismo por su destacada, reconocida y dilatada carrera en cuanto a la comunicación gastronómica se refiere. Este premio viene a completar la amplia vitrina de reconocimientos que a lo largo de su carrera profesional ha recibido Paz. Especialmente destacado es el que la atestigua como Premio Nacional de Gastronomía por su defensa de nuestra despensa y especialmente de nuestra Bodega, puesto que, como buena embajadora de su tierra natal, ha sido una firme defensora, promotora y consumidora de nuestros vinos y brandis de Jerez en cualquier rincón del planeta. Por si todo esto además fuera poco Paz, con su manera de ser y su forma de actuar, ha cosechado amigos en otras muchas zonas elaboradoras hasta llegar a convertirse sin duda en uno de los referentes "gastroenológicos" más reputados de los que ayer, hoy y mañana redefinen y relatan tanto las nuevas tendencias como las vueltas al origen.

Afortunado por haber compartido con ella mesa y mantel, además de una larga amistad a lo largo de estos años quiero resaltar su cercanía, cariño y extraordinaria educación en todo momento y situación. Destacar también que muy pocos son profetas en su lugar de origen y Paz lo ha conseguido con este reconocimiento; aunque si por mi fuera (y se la dejo caer a nuestros dirigentes), deberíamos dedicarle una calle o una plaza cerca de una bodega. Un espacio donde aún lleguen los aromas a criaderas y soleras, un lugar fresco y sombrío donde en los meses más cálidos poder sentarse y disfrutar leyendo sus crónicas o compartir una copa de Coquinero en un tabanco cercano. Aún nos queda Paz "ivinos" para rato pero como es de bien nacido ser agradecido quiero dejar constancia que sus vecinos y compañeros nos sentimos tremendamente orgullosos de tener tan excelente representante de las letras y la gastronomía, descubridora de restaurantes estrellados y amiga de corazón de muchos profesionales del sector. Disfrutar de su compañía, aprender de su experiencia y compartir carretera me hizo mejor persona y me dio paz.

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