Con su última entrevista en ¡Hola! esta semana, Fran Rivera quiere dar por zanjada la guerra con Isabel Pantoja que la familia Rivera ha mantenido durante nada menos que 37 años, desde la trágica muerte de Paquirri. La enemistad entre los Rivera Ordoñez y Pantoja se remonta al año 1984 cuando, tras morir el torero debido a una cornada, dejó una herencia que el programa Lazos de sangre en su día calculó en más de seis millones de euros. Un 45% se lo llevó Isabel, un 40% fue para Francisco y Cayetano, y un 15% para su padre y hermanos.

Isabel se quedó a vivir en Cantora y nunca entregó las pertenencias del diestro a sus hijos mayores. Lo que Fran y Cayetano reclaman son capotes, trajes de luces, espadas, muletas... una ristra de objetos sin importancia ni valor económico, sí sentimental. La tonadillera se ha mantenido casi cuatro décadas en sus trece, incluso cuando su hijo Kiko manifestó públicamente en Cantora: la herencia envenenada que había visto en un cuarto de Cantora que su madre siempre tiene cerrado los trastos de su padre.

En su día incluso Carmen Ordoñez emprendió una batalla judicial contra la cantante, en nombre de sus hijos, para lograr estos objetos. La Justicia falló a su favor pero Pantoja contó entonces que habían entrado a robar a la finca y se los habían llevado. Carmina murió en 2004 sin haber satisfecho este deseo de sus hijos.

Dos años antes, en septiembre de 2002, Isabel Pantoja había entrado en directo telefónicamente en el programa Bravo por la tarde, presentado por Agustín Bravo en Canal Sur, para echar la bronca a los tertulianos por la forma en la que estaba abordando el tema de la muerte de Paquirri. "¡Estoy harta de la familia Rivera!", bramó. Incluso a la periodista Pepa Jiménez le espetó: "¡A ver si cuando se muere tu marido lo sacan también por la tele!" Se refería a las imágenes de Paquirri en la enfermería de la plaza de toros de Pozoblanco diciendo aquella frase que entró en el imaginario popular de los 80: "Doctor, la cornada es fuerte, tiene al menos dos trayectorias..." Fue la cámara de Antonio Salmoral quien perpetuó las indicaciones del matador a Eliseo Morán, el médico que atendía aquella desvencijada enfermería sin material ni medicinas.

En estos años se ha dicho que la guerra entre los Rivera Ordoñez y Pantoja es la de dos madres que velan por los intereses de sus respectivos hijos. 37 años después el tiempo ha demostrado que no, que es una batalla por orgullo, por rencor, por testarudez. 37 años después Isabel no se habla con su hijo Kiko. Fran Rivera se ha distanciado sin remedio también de su hermano. Desde luego la herencia de Paquirri estaba envenenada sin remedio.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios