Pan tumaca

En esa T que forma la calle Convento con la Plaza Alta, proliferan las fuentes de conocimiento La sardana se debe a José María Ventura Casas, nacido y criado en Alcalá la Real

Es sorprendente lo que ha aportado la inmigración en una región de sectores tan supremacistas, tan nacionalistas, como Cataluña. Mientras que peseta es una palabra derivada del diminutivo "peseta" de "peça" (pieza, en catalán), que no puede ser más española, músicas como la sardana y hábitos alimenticios como el "pa amb tomaca" ("pan tumaca" en madrileño, tomaquèt o tomata, en variantes dialectales del catalán), que no pueden ser más catalanes, se generan en la inmigración, particularmente en la andaluza, pero también en la castellana, la extremeña y la murciana, esenciales para entender la moderna Cataluña y para sorprenderse ante la actitud (miserable) de un amplio sector de la población catalana.

En esa T mágica que forma la calle Convento, desde la Alcaldía, con el lateral norte de la Plaza Alta, proliferan las fuentes de conocimiento, sobre todo en torno al carismático bar Coruña, el Mercedes y el Casino. Miguel Rovira y Antoñico; con Juan Ocaña, linense, sanroqueño y especialito al mismo tiempo; son para mí polos desde los que se emite una vibración que noto en cualquier parte, pero no puedo, y desde luego no quiero, evitar la influencia de un pequeño núcleo, que el amigo Lorenzo Trigueros alterna con el otro, en el que habita Paco Nebreda y José Antonio Fernández Sánchez; compañero del alma, compañero.

Anda por ahí Jesús Ávila que, con la aquiescencia de José Antonio, me dijo el otro día que el "pan tumaca" tiene su origen en la construcción del metro de Barcelona, en 1920, cuando los inmigrantes murcianos sembraron matas de tomate junto a los raíles, para con su fruto humedecer el pan seco que portaban en sus mochilas. Hay síntomas de que la leyenda tenga algo de cierto, pero si no lo fuera, como dicen los italianos: "se non è vero, è ben trovato" (si no es verdad, -por lo menos- está bien hallado, o contado).

La sardana, en su estructura musical actual, me lo recordó Fali (Rafael) Rus, y esto sí que es historia verificable, se debe a José María Ventura Casas, nacido y criado en Alcalá la Real (Jaén), en cuya iglesia de San Domingo de Silos fue bautizado el día 3 de febrero de 1817, uno después del de su nacimiento. Aunque los catalanes escriben Josep Maria Ventura i Casas y aluden a sus ancestros ampurdaneses, situando su nacimiento "accidentalmente" en esa localidad andaluza; Pepe Ventura fue un virtuoso andaluz a nativitate, que como miles de castellanos, murcianos, extremeños y andaluces, contribuyó con su esfuerzo y saber a la prosperidad de Cataluña.

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