El Íbex 35 se desinfló en la tarde de ayer y cerró la jornada sobre los 7.000 puntos, con un avance del 0,13%, pese a haber conquistado los 7.100 enteros horas antes tras verse impulsado por la estela alcista en Wall Street la jornada anterior y los buenos datos macroeconómicos procedentes de China.

La actividad del sector privado de China aceleró su expansión en agosto gracias al fuerte crecimiento de las manufacturas, mientras que los servicios mantuvieron un ritmo sólido, aunque ligeramente inferior al de meses anteriores, según constata el índice PMI compuesto.

Según el mismo índice, el crecimiento de la actividad del sector privado de la zona euro se ralentizó en agosto hasta perder casi todo el ímpetu mostrado tras el final del confinamiento ante la preocupación por los rebrotes de la Covid-19, situándose Italia y España a la cola de la reactivación económica en Europa.

Los mayores ascensos los presentaron IAG (+5,32%), Sabadell (+2,92%), Meliá (+2,86%), Bankia (+2,42%), Caixabank (+2,22%) y BBVA (+1,97%).

Por el contrario, en el terreno negativo destacaron las caídas de Siemens Gamesa (-3,42%), Arcelormittal (-2,9%), Cellnex (-2,9%), Enagás (-2,17%), Merlin (-1,68%) y Acciona (-1,65%).

El resto de plazas europeas cerraron en rojo, con caídas del 1,52% en Londres, del 0,44% en París, del 1,4% en Fráncfort y del 1,54% en Milán.

El barril de petróleo West Texas Intermediate cotizaba en 40,63 dólares, mientras que el crudo Brent marcaba los 43,4 dólares.

La prima de riesgo española seguía en 81 puntos básicos, con el interés exigido al bono a diez años en el 0,319%, mientras que la cotización del euro frente al dólar se colocaba en 1,1831 billetes verdes.

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