Análisis

carmen pérez

Universidad de Sevilla

Fuego financiero

Según los datos publicados por el Banco de España este martes, la deuda pública española alcanzó en junio de 2021 los 1,42 billones de euros y la ratio deuda/PIB se situó en el 122,1%. No sólo España tiene este altísimo endeudamiento, la zona euro ha superado el 100% del PIB, según los datos publicados este jueves de Eurostat. En EEUU también se elevará por encima del 102% este año y lo mismo está ocurriendo en las otras grandes economías del mundo. Recordemos que el criterio establecido por el Tratado de Maastricht, basado en la prudencia y el rigor financiero, considera que un país tiene unas finanzas saneadas si su deuda pública no supera el 60%.

Según el Financial Times, el volumen mundial de deuda con rendimiento negativo se ha disparado a más de 16,5 billones de dólares. El rendimiento de los bonos a 10 años de Alemania se sitúa en el -0,51%, y a 30 años también ha caído por debajo de cero. Francia, España o Italia también está cotizando a rendimientos negativos en plazos largos. Y, en general, a nivel mundial, los bonos ofrecen escasos rendimientos. Recordemos que esta situación viene derivada de la intervención de los principales bancos centrales del mundo, que mantienen los tipos de interés oficiales muy bajos y compran masivamente deuda porque resulta completamente necesario que el coste de la deuda -la pública y la privada- sea muy bajo para que la ingente cantidad de deuda existente sea soportable.

Según Standard&Poor´s, los bancos europeos recibirán el apoyo de la Unión europea para que el último tramo de la normativa de Basilea III, que debería empezar a aplicarse el próximo año -tras un año de retraso- se suavice o se siga posponiendo. No sólo Europa será permisiva con su banca, en general todos los países adoptarán este comportamiento. Recordemos que el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea es el organismo que intenta establecer un mismo tablero de juego para toda la banca del mundo. Tras los enormes fallos que se pusieron de manifiesto con la crisis financiera de 2008, consideró que había que reforzar las exigencias y obligar a los bancos a fortalecerse. Pero imposible apretarle las tuercas a un sector que como mínimo hasta el año que viene no recuperará el nivel de solvencia pre pandemia.

Según el Norges Bank Investment Management, el fondo soberano más grande del mundo, con 1,4 billones de dólares bajo su gestión, "la inflación es la mayor amenaza ahora mismo para los mercados". Recordemos que la inflación en EEUU supera el 5% y en Europa el 2%, niveles que rebasan lo establecido como aceptable. Los bancos centrales han cambiado sus estrategias para no tener que actuar insistiendo en que son circunstancias transitorias, pero de persistir o agravarse no tendrían otro remedio que ir abandonando las compras de activos y elevando los tipos de interés. En ese caso, como advierte este fondo, el margen para esquivar un posible shock inflacionario es muy limitado, puesto que una inflación alta dañaría tanto las acciones como a los bonos.

Las finanzas mundiales están que arden. Y los bancos centrales, que han venido sofocando -con un agua, inflamable a su vez- el fuego financiero desde 2008, pueden encontrarse ahora con un dilema trágico.

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