Análisis

francisco J. Núñez

Encuestas electorales

El programa electoral se acerca a una declaración previa de lo que se piensa hacer

Es difícil no decir mentirijillas políticas, contar algo distinto de lo que se sabe, se cree o se piensa en época electoral. Las elecciones son la vida de los partidos, casi lo que es necesario para mantener la existencia. A tanto arrastran los resultados electorales que cualquiera puede llegar a emplear la demagogia para conseguir convencer a la gente, sin reparar en los métodos y utilizando más la exaltación de los ánimos que los razonamientos.

Nunca está de más echar una ojeada a los programas de los partidos que más nos interesan, aunque los contenidos puedan estar algo desnaturalizados. El programa electoral se acerca más o menos a una declaración previa de lo que se piensa hacer. Ahora bien, por conquistar el favor popular, es fácil hacer promesas insostenibles fingiendo la aprobación de las opiniones en boga. Por tanto, conviene que los partidos políticos pongan en claro qué es lo que quieren y cómo conseguirlo.

Es bueno contar los ideales que se tienen en las campañas electorales, pero sin fanatismos que lleven a una entrega ciega y desmedida a una creencia o a una causa. En definitiva, en época electoral, se trata de explicar, poco más o menos, cómo mejorar el bienestar propio de un Estado social y democrático de Derecho como el nuestro. En las elecciones no pueden faltar las encuestas para analizar cómo varía la opinión del cuerpo electoral. Sin duda, la recogida de datos obtenidos mediante la formulación de preguntas a las personas encuestadas influye sobre el proceso electoral en función de cómo estén hechas. De todas maneras, las encuestas no convierten la mala racha de un partido en algo maravilloso.

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