Análisis

josé Martínez Olmos

El Covid-19 sigue aquí

Es el momento de la verdad para fortalecer la Atención Primaria

Aún cuando podemos constatar que la evolución epidemiológica de las Infecciones causadas por el Covid-19 camina en la dirección deseada con una menor incidencia de casos y un menor número de personas fallecidas, aún tenemos que protegernos de este virus asesino.

Tras conocer los primeros resultados de la encuesta de seroprevalencia que muestran que el número de personas que se han infectado en España se sitúa en alrededor de un 5%, queda claro que la inmensa mayoría de la sociedad española es susceptible de infectarse por la Covid-19 al carecer de inmunidad que pudiera proteger de sus efectos.

Es por eso que la mejor estrategia que podemos usar en la actualidad dado que no tenemos vacuna frente a la Covid-19 es el mantener un conjunto de restricciones y comportamientos preventivos para minimizar el riesgo de contagios. La intensidad de la epidemia permite el paulatino abandono del estado de confinamiento estricto que se viene aplicando desde el pasado 14 de marzo. En el plan de desescalada que se aplica en España, uno de los objetivos esenciales es llegar a lo que se denomina "nueva normalidad".

Esta "nueva normalidad" implica esa situación de convivencia con determinadas restricciones y comportamientos preventivos para asegurar al máximo la protección de los ciudadanos con una eficaz prevención de los contagios. Así, entre otras medidas, mantener la distancia de dos metros entre personas, el uso de mascarillas, el continuo lavado de manos, el teletrabajo o las restricciones en el funcionamiento de los eventos deportivos, los transportes públicos, los comercios o la hostelería, estarán presentes en nuestras vidas durante un tiempo.

Si aplicamos con eficacia todas estas medidas, podremos alcanzar un objetivo parcial pero importante: conseguir una muy baja incidencia de la enfermedad acercando a cero el número de nuevos fallecimientos.

Junto al importante papel que tenemos los ciudadanos para ayudar a ese importante objetivo de parar al máximo la incidencia de nuevos casos, los servicios sanitarios tienen que fortalecer su capacidad de detección precoz y seguimiento de casos y contactos, para poder desarrollar estrategias de aislamiento domiciliario y otras medidas que impidan la extensión de contagios en el ámbito comunitario.

Ahora es el momento de la verdad para fortalecer a la atención primaria, no sólo para poder atender con más recursos este tipo de tareas que son más eficaces en este nivel asistencial, sino porque también hay que dotar de recursos para el enorme esfuerzo que se requiere para afrontar los problemas derivados de la paralización o disminución de actividad programada en estas semanas de pandemia.

Pero, sobre todo, es momento para definir un nuevo escenario que conduzca a una nueva situación que debería incorporar las propuestas y aspiraciones que sociedades científicas y organizaciones profesionales vienen expresando desde hace tiempo, para responder a las nuevas necesidades de la población.

Mientras tanto, esperemos que sea viable el objetivo de disponer de una vacuna capaz de conseguir la prevención eficaz de la infección frente a la Covid-19 y podamos así arrinconar definitivamente a este virus asesino. Hasta ese momento, no olvidemos que la Covid-19 sigue aquí.

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