Las carreteras secundarias tienen su encanto. Hace unos meses visité Jaén y, como no había prisa, nos fuimos por la ruta más larga, por larguísimas carreteras secundarias por el mismo corazón de Andalucía. De vez en cuando aparecía alguna nacional, que si llevas un camión delante se agradece, pero ni por asomo una de las grandes autovías que conectan el país. Fue hermoso, tranquilo, plácido. Es lo que tiene viajar con la persona a la que amas... De vez en tanto aparecía un pueblo y decidías pararte. Sin razón alguna. Tan sólo por el placer de encontrar una tapa nueva y acompañarla de una cerveza (0,0). Cuando no hay prisa por llegar es cuando mejores 'bujíos' te encuentras por esas carreteras secundarias que no siempre están tan bien conservadas como nos gustaría. Al final, con paciencia y tranquilidad, siempre se llega a destino. Y así sucedió. En algunas ocasiones me parece que deberíamos abandonar las autovías de nuestras vidas y darnos u garbeo por esas otras rutas. Tan sólo para hacer bagaje.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios