Análisis

Antonio morillo crespo

Campeonato mundial ¡una maravilla!

Sí colega, sí amigo, sí para el que está harto del tema. El mundo, siempre siempre dividido en naciones, ha estado en guerras fratricidas. Unos contra otros, por orgullo, por economía, por envidia, por egoísmos, por antipatías... Y es una delicia ver todos los países del mundo compitiendo unos contra otros simplemente con un balón de cuero. ¿No es una maravilla? Se acabaron las trifulcas, los enfrentamientos, las venganzas, los odios… Da igual que sea una república o una monarquía, un régimen comunista, democrático o dictatorial, todos a una compitiendo en el fútbol partido tras partido. Y da lo mismo que sean negros, blancos, achinados o morenos. Por cierto, he leído que moro no quiere decir musulmán, sino moreno, palabra que tiene su origen en el léxico griego y latino. Por supuesto, nuestra aversión al régimen antigualla de Qatar.

Juegan España contra Costa Rica, Japón contra Alemania, Inglaterra contra Irán, Estados Unidos de América contra Gales y así sucesivamente. Moros contra cristianos, comunistas contra demócratas y chinos contra el que le toque. Una honrosa excepción, a Rusia no se le ha permitido esta vez intervenir por abusar, invadir y esquilmar a Ucrania. Y así cada cuatro años , primero se eliminan unas contra otras por grupos y luego segunda y tercera fase hasta quedar uno solo campeón del mundo, que, por cierto, no se le da, como en las guerras , ventaja ni premio alguno, sino solamente el honor de haber vencido y una copa.

Y los jugadores unos y otros pelean en buena lid, con deportividad y coraje. Y luego se saludan y hasta se abrazan unos con otros. Y el árbitro que dirige la contienda, sean quienes sean los contrincantes, puede ser un negro o un blanco o un mestizo. Es el que manda sin pistola ni fusil ni bomba de mano y, por supuesto, sin apelación alguna. Y alguna anécdota ejemplar muy ejemplar: los espectadores japoneses al terminar el partido contra Alemania, que arbitró nada menos que Iban Bartay , recogieron y limpiaron de basuras y desechos todo el campo y los graderíos. Motu proprio y para dar ejemplo de urbanidad y limpieza.

¿Y espectadores? El mundial del año 2002 lo vieron (según la FIFA) nada más y nada menos que 2.000 millones de personas (yo entre ellas). Simplemente para que los que no gustan del fútbol no digan ¡qué rollo!, ¡qué tabarra! Es una cosa buena, aunque haya personas que prefieran First Dates o la tarjeta de El Hormiguero. Pero el deporte es bueno, buenísimo.

Esto me recuerda un episodio ocurrido en la antigüedad grecorromana. Dos ejércitos enfrentados y dispuestos a la batalla. Pero deciden que solo luchen tres hombres de cada bando y los que ganen dan el triunfo a su ejército. Alineados frente a frente dispararon y de un bando cayeron muertos dos y en el otro, tres heridos escalonadamente graves. Uno de ellos fue por el adversario, quedando eliminado, luego el otro de la misma manera y el tercero fue hacia al enemigo ya prácticamente muerto y cayó fulminado a sus pies. Y así lo hicieron salvándose miles de vidas. Pues igual se podría hacer hoy jugando un partido de fútbol.

P.D. Estoy observando que en los partidos que he visto no hay tanto blandengue, que es común por desgracia en nuestra liga. Me explico, a un jugador le tocan y enseguida se tira al suelo como si le hubieran roto el esternón o los iguales. Es una exageración, no se puede ser tan mantequita. Deberían aprender de la entereza de los jugadores del mundial.

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