Mucho antes de poner en aprietos a Mariano Rajoy la voz de Carlos Alsina contaba en las noches de Onda Cero la actualidad con ese prisma sosegado pero de acotaciones firmes a cargo del comunicador madrileño. Si no fuera porque es una metáfora manida diríamos que es un animal del micrófono. Se sostiene en las palabras y relata, más que cuenta, las noticias con sus puntos de vista.

Mucho antes de convertirnos en adictos a sus editoriales mañaneros la voz de Carlos Alsina remataba la jornada en Hora Cero de Antena 3 Radio (el programa que fue anteriormente de José Luis Balbín o Jesús Hermida) para narrar, con Javier González Ferrari de mediador, el resumen de lo vivido cada día en aquellos meses de la crisis post 92. Antena 3 Radio fue injustamente fulminada por Prisa en 1994 y al de Más de uno le cupo el honor de pronunciar sus últimos boletines horarios, con aquel tono juvenil de quien ya se sabía, a poco que se tuviera gusto radiofónico, que nos iba a acompañar durante muchos años más aunque le desmantelaran la emisora. Pasó a Radio Voz y a Radio Intereconomía hasta recalar en la que es su casa y donde empezó cuando nacía esta cadena, Onda Cero, cuando le abría la mañana a Luis del Olmo.

Alsina siempre estuvo a lo suyo, a la actualidad, con ese enamoramiento por la radio de siempre y de ahí su afición al radioteatro o a reconfigurar fórmulas como patearse las calles en directo, especial que le ha valido el Ondas con que este jueves lucía en foto conjunta con Herrera, Pepa Bueno y los maestros Gabilondo y Del Olmo. Prisa, que prescindió de él cuando su intención parecía ser cargarse por lo criminal la radio de García y los Herrero, ahora bebe los vientos por la voz matinal de Onda Cero. Tan agudo como templado, es una de las grandes voces personales que se pueden captar en el dial y se ha ganado a pulso disfrutar de las mañanas, desde las noticias del despertador hasta la tertulia del irritante Josemi. Carlos Alsina es la radio natural.