Desde la experiencia que he ido acumulando como trabajador en las áreas de ingeniería y como sindicalista en el sector aeronáutico, a mi juicio hace falta más que nunca apostar y desarrollar políticas industriales y de I+D asentadas en nuestra tierra, ya que, sin duda alguna, la ciencia aporta soluciones a buena parte de las amenazas que nos rodean día a día.

El acuerdo Futuro de las actividades industriales de Airbus en la provincia de Cádiz alcanzado en noviembre del año pasado como anexo al VI° Convenio Colectivo Interempresas Airbus, por el que Gobierno, sindicatos y empresa se comprometen a consolidar la actividad industrial de Airbus en Cádiz como polo industrial de primer orden internacional, se debe en especial a la movilización sostenida en el tiempo del conjunto de trabajadores de la planta de Airbus Puerto Real, acompañados de las muestras de apoyo a nuestras reivindicaciones.

Así, del cierre, la venta y dispersión de la plantilla junto a la carga de trabajo existente y la eliminación del tejido de la industria auxiliar, pasamos al compromiso de mantener y recuperar el empleo y la carga de trabajo perdida en los últimos años, ello acompañado de las inversiones necesarias para hacer un nuevo Centro de Trabajo Airbus Cádiz resultado de la suma de Airbus Puerto Real y Airbus Centro Bahía de Cádiz (CBC).

Para asegurar la continuidad de Airbus Cádiz, además de la transferencia industrial desde Puerto Real a El Puerto de Santa María y del movimiento de trabajadores tanto de Airbus como de las contratas, es imprescindible disponer de las necesarias cargas de trabajo (durante toda la transición, incluida la que sustituirá a Boeing) y tecnologías asociadas con las que volver a demostrar las excelentes capacidades profesionales y de trabajo en equipo aún existentes en las plantas de la Bahía de Cádiz junto a los trabajadores de la industria asociada.

El importante y constante incremento de la demanda por parte de las compañías aéreas de la familia A320 (cuota de mercado del 60%) y, paralelamente, el incremento de la producción que implica tanto a las plantas de Airbus como a su industria auxiliar, debe aterrizar también en Cádiz (llevamos casi cien años de actividad industrial aeronáutica) al igual que en las demás plantas del grupo Airbus.

De aquí a que en Airbus Cádiz recibamos las nuevas cargas de trabajo anunciadas y asociadas al próximo nuevo avión mono pasillos Zero Emisiones -previsto entregar al cliente para 2035-, nos quedan al menos 6 o 7 años para iniciar su producción. Cuando alcancemos entregas mensuales de más de 75 aviones de la familia A320 al mes, es evidente que se tendrá que estar pensando en duplicar proveedores y/o duplicar líneas de montaje. Aquí también debemos apostar para construir Airbus Cádiz, dado que en la Bahía fabricamos los dos componentes con los que se construye el estabilizador horizontal de la familia A320 (los cajones laterales y los timones de altura), además de su cercana conexión marítima para su envío a las plantas FAL que son donde se finalizan y entregan los aviones a los clientes en Francia, Alemania, EEUU y China.

Sin duda, la arquitectura definitiva del nuevo avión A320 generará, cuanto menos, dos escenarios diferentes. Si se apuesta por el escenario más corto (fechando en 2030 el arranque producción), no habría tiempo material para cambiar la arquitectura actual, que es la misma que la existente en el avión modelo A350. Si vamos al escenario de medio/largo plazo, entonces puede cambiar todo. Por ejemplo, uno de los materiales que se está investigando en Francia y Alemania es el termoplástico que, unido a todo lo relacionado con el hidrógeno (depósito) o la pila de combustible, dará lugar a que el efecto industrial derivado de la nueva configuración del avión variará de forma considerable con respecto a la actual. El otro competidor en el mercado, Boeing, tendrá mucho que decir al respecto.

Por eso, mantener durante estos años la matriz Airbus en Cádiz es fundamental. Es de esperar, por tanto, que las recientes declaraciones de intenciones anunciadas internamente a sus plantillas en las dos plantas de Airbus Cádiz, y que forman parte del contenido del acuerdo firmado en noviembre del año pasado, comiencen a ser realidad para que antes de que finalice el proyecto no se las lleve el viento.

Este modelo es por el que debemos y queremos apostar para Airbus Cádiz, por tanto, lo que hace falta es que estemos ahí y no corramos ningún riesgo debido al modelo de negocio que nos quisieran dar.

La unidad de los trabajadores junto a sus sindicatos volverá de nuevo a ser -como así ha sido a lo largo de la historia- puesta a prueba así como su madurez y responsabilidad. De la experiencia acumulada en los últimos conflictos laborales dependerá en buena medida que recuperemos entre todos el tejido industrial y económico para revertir estas circunstancias y volver a ser lo que fuimos en un pasado no tan lejano, una región con arraigadas poblaciones que viven en torno a su industria, la misma que genera empleo estable y oportunidades.