alberto rodríguez. cineasta

"El 'thriller' tiene mucho sentido porque estamos viviendo tiempos muy convulsos"

  • El director sevillano visita hoy la Muestra de Cine Negro de Salobreña acompañado del guionista de confianza Rafael Cobos para presentar la serie 'La peste', cuyos siete capítulos se proyectarán

El director de 'La isla mínima', en una fotografía de archivo.

El director de 'La isla mínima', en una fotografía de archivo. / Juan Carlos Vázquez

Ha sido uno de los directores de cine que ha puesto de moda los thrillers en este país. Alberto Rodríguez (Sevilla, 1971) ya no pasa desapercibido en Madrid, ni le preguntan quién es él y su equipo en ruedas de prensa, pero no por ello deja de ser menos cordial cuando atiende al teléfono. El público se enamoró de él cuando reunió en pantalla a un par de quinquis -Juan José Ballesta y Jesús Carroza- en el drama social 7 vírgenes. Después de After -con un Guillermo Toledo soberbio-, rodó tres thrillers policíacos con una subtrama sociopolítica muy interesante que atrajo la atención de miles de espectadores -Grupo 7, La isla mínima y El hombre de las mil caras-. El director sevillano presenta hoy su primera serie de televisión, el thriller de época La peste, junto al guionista Rafael Cobos y al actor Pablo Molinero en la Muestra de Cine Negro de Salobreña.

-Visita la Muestra de Cine Negro de Salobreña para hablar sobre La peste, una serie ambientada en la Sevilla del siglo XVI. ¿Hay algún parecido razonable con la Sevilla de hoy?

-En lo sustancial, lamentablemente no. Ya no es la ciudad más importante de Occidente como lo fue en un momento determinado de la historia. Era, a nivel económico, como la Nueva York del siglo pasado. Una ciudad luminosa, resplandeciente, en la que se hablaban 80 lenguas. Cuesta mucho trabajo hacerse a la idea de esto. Sevilla ha dejado de ser una ciudad cosmopolita, que se ha cerrado bastante sobre sí misma, y me apena. Ha quedado lo más superficial, las tradiciones más arraigadas, pero poco más.

-¿Cuánto tiempo le ha llevado la labor de documentación de esta superproducción?

-Para mí ha sido un proceso de entrar y salir. Desde que tuvimos la idea hasta ahora han pasado tres años. Luego se ven cuatro horas. Jajaja. Aunque hay películas que te llevan más tiempo y se ven en hora y media. Nuestra profesión es así.

-La peste es la serie más cara de España hasta el momento, con un presupuesto de diez millones de euros. ¿El dinero mide la calidad de una producción?

-El dinero es importante dependiendo del proyecto que vayas a abordar. En este caso, era imposible hacer esta serie si no llegamos a contar con ese presupuesto. Hablamos con Movistar + cuando surgió el proyecto y le comentamos que no había posibilidad de hacerla porque era mucho más cara de lo que habíamos planteado inicialmente. Hemos tenido que hacer prácticamente todo de cero. Al final apostaron por la serie, subió el presupuesto y se pudo financiar. Los presupuestos no son más o menos grandes, es decir, o están bien o están mal ajustados. Puedes hacer una película maravillosa con 300.000 euros mientras pienses que ese es el dinero que demanda tu proyecto. En el caso de La peste se trataba de hacer un viaje en el tiempo y en el espacio con el público, y eso requería mucho dinero. Pretendíamos acercarnos a la Sevilla de la época con todo tipo de detalles y a todo lujo. Nos ha costado mucho trabajo incluso con el dinero que teníamos.

-Hace unos días se dieron a conocer los presupuestos generales del estado, que contemplan la bajada del 21 al 10% en las entradas de cine. ¿Qué opina?

-A mí me alegra que la bajada se produzca. Lo llevamos pidiendo desde hace mucho tiempo. Sin embargo, el presupuesto de cultura debería ajustarse a la realidad al igual que el presupuesto de cine, que es una auténtica birria... Una miseria. Está claro cuáles son las prioridades de este Gobierno y no son precisamente beneficiosos para la sociedad.

-Las ayudas para la producción de nuevas películas se mantienen por tercer año consecutivo en 30 millones de euros. ¿Lo ve insuficiente?

-Te voy a decir una cifra sencilla para que lo entiendas. Es el mismo dinero que le dan a una sola fábrica que construye coches en este país. La ayuda que se le da al cine es muy miserable. Sólo hay que ver lo que se invierte en otros países como Inglaterra, Italia o Alemania. Al final eso es cultura. La cultura permanece y las otras cosas desaparecen. Esa es la verdad.

-Los profesionales del sector del cómic siempre me ponen Francia como ejemplo de país que apoyo muchísimo su producto cultural.

-El problema es que un gobierno puede llegar a convertir un estado en algo en el que la cultura no interese. No hay un pacto blindado que proteja la cultura, ni tampoco la educación, para que no pasaran barbaridades como mezclar la religión con la cultura.

-¿Quién tiene la culpa de que la gente ya no vaya tanto al cine: la educación que reciben los más jóvenes, Netflix, el Gobierno?

-Son muchas cosas. La educación que recibimos no ayuda absolutamente nada. Tú vas a un festival em Francia y te suelen pedir que participes en charlas con estudiantes. A mí no me lo han pedido jamás aquí. Las prioridades son otras. En Francia han hecho prioritaria la cultura y les va estupendamente. Una parte de culpa la tiene la educación, otra que el precio de las entradas es caro. Se ha hecho una campaña de descrédito contra el cine español tremenda y de una manera interesada.

-¿Pero el apellido cine español ya se está dejando de utilizar, no? ¿A qué cree que es debido?

-Espero que las nuevas generaciones cambien de idea. Espero que la gente que se crea las grandes mentiras sobre el cine español sepa que no todas las películas españolas son sobre la Guerra Civil. De hecho, en los últimos años sólo hemos hecho un 3% de filmes sobre la Guerra Civil. La mayor parte de la gente que dice que el cine español es malo es porque no lo ha visto. La gente es muy aficionado a hablar de oídas.

-Sus últimos proyectos se encasillan en el género del thriller policíaco con una sutil subtrama sociopolítica. Hablo de Grupo 7, La isla mínima, El hombres de las mil caras y La peste. ¿Qué se puede contar con ellos que no con otro género cinematográfico?

-Los thrillers están muy bien porque te dan la oportunidad de hablar de la parte más sucia u oculta de la sociedades. Con eso se hace una radiografía estupenda de la sociedad, sobre todo cuando las cosas no funcionan. Los thrillers tienen mucho sentido hoy día porque estamos viviendo unos tiempos muy convulsos.

-Al final, casi todas sus películas se centran, en mayor o menor medida, en retratar la condición humana. ¿Ese es el gran objetivo de una película?

-Las películas tienen que hacer que te preguntes cosas, pero también divertirte. Las primeras son las que más me interesan a mí. Pero tiene que haber de todo. Soy mejor espectador que director. Puedo verme un musical, una comedia. Me gusta todo tipo de cine... Si es bueno.

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