Cultura

Tras la secuela de 'Los bingueros'

  • José Manuel Serrano Cueto estrena un corto falso documental sobre el posible rodaje de la segunda parte de la cinta de Ozores

Charlie Garci es un chaval que tiene un mito y un objetivo. Charlie Garci ("¿es por Garci, Garci?", barajaría José Sacristán, como usted mismo se estará preguntando) quiere hacer una película a toda costa. Y no una cualquiera. Charlie Garci, un joven dos pasos más allá del adjetivo intrépido, es fan del cine de Mariano Ozores y quiere poner en pie la secuela de Los bingueros.

El tortuoso y cómico camino (más cómico cuanto más tortuoso) que recorre el cineasta novel persiguiendo su ambiciosa empresa es el hilo argumental que el realizador gaditano José Manuel Serrano Cueto sigue en Yo quise hacer Los bingueros 2, un proyecto de falso documental cuya versión cortometraje se estrena el próximo día 21 de octubre en la madrileña Sala Berlanga dentro del festival que organiza la Plataforma de Nuevos Realizadores.

"Lo que vamos a ver es a un chaval al que no le importa meterse en el sarao que sea, parar a Fernando Colomo en un cine para decirle que le produzca la película, asaltar por la calle a actrices conocidas, reunirse con los actores que han trabajado con Mariano Ozores y, sobre todo, el gran leitmotiv del corto, intentar hablar con el propio Mariano, todo con el objetivo de sacar adelante su película hecha de una manera bastante artesanal y con pocos medios", explica el realizador sobre esta "locura" que poco tiene que ver con los trabajos realizados anteriormente por el cineasta, mucho más serios "tanto en lo que se cuenta como en el cómo se cuenta".

Y es que si algo claro tenían Serrano Cueto y los puntales de su equipo -el productor Rafael Linares y el montador Jesús René- es que si querían hacer una cinta sobre el cine de Mariano Ozores "no podíamos hacer un documental al uso, aparte de que a mí no me apetecía, teníamos que hacer otra cosa diferente, y nos lanzamos a intentar hacer un documental con tono de comedia metiéndonos así en el juego con el falso documental", explica el director que apunta que el proyecto se concibió "como un largometraje en el que, de hecho, estamos trabajando pero de forma más reposada" pero que ahora se materializa en un cortometraje donde el tono de comedia se hace "aún más intenso".

"El corto, realmente, representa una pequeñísima parte de lo que tenemos que es muchísimo, fíjate que sólo con Parajes tenemos grabada una hora y media de entrevista. Así que cuando pensamos en hacer el corto apostamos más por la ficción, por la parte de falso documental, y aunque hay entrevistas intentamos que ese tono de comedia y que la estructura del hilo argumental no se pierda", detalla.

Así, Yo quise hacer Los bingueros 2, además de centrarse específicamente en la etapa de los ochenta del cine de Ozores, la etapa donde reinaba el tándem de oro Pajares-Esteso, "es también una parodia de esa otra forma de hacer cine que es el cine low cost, el de un tipo que engaña, entre comillas, a sus amigos, un cámara y uno de sonido, en esta locura de hacer una película sin apenas presupuestos y con un equipo medio cutre".

Ese espíritu de cine a toda costa, de película por la fuerza que jalona la historia ideada por Serrano Cueto, se ha visto reflejado también en la propia forma de trabajar de su autor, "mucho más libre" y tirando "mucho más de la improvisación" que en sus piezas anteriores. "Hemos jugado mucho con la idea de metacine. Se ven las cámaras, los micros, las estructuras... Porque, realmente, todo forma parte de la ficción, de ese equipo que monta Charlie Garci y al que lleva a todas partes en su empeño por hacer Los bingueros 2".

Así, el guionista y autor de Treinteenagers, Carlos García Miranda, debuta como actor -"se ha revelado como un actor de la hostia"- encarnando a este apasionado y testarudo cineasta que durante la cinta irá contactando con actores como Andrés Pajares, Fernando Esteso, José Sacristán, Emma Ozores, entre otros, para contarle su proyecto, y con el propio Mariano Ozores para el que llega a montar una plataforma que demanda un Goya honorífico para el cineasta. "Cuando nos enteramos que la Academia le había concedido el Goya de verdad pues nos alegramos un montón pero también nos jodía el sketch", ríe el profético Serrano Cueto, que rodó la escena de la manifestación que pedía el Goya para Ozores mucho antes de que la distinción le fuera concedida, pero que aprovechó la coyuntura "situando todo esto de la película antes del Goya y como si la que llega a formar Charlie Garci hubiera propiciado, de alguna forma, la concesión del Goya", ríe.

"Es divertido, es un corto muy gracioso", tilda su creador que en ningún momento ha pretendido "hacer apología del cine de Mariano Ozores" pero tampoco reírse "ni de su cine, ni de los actores, ni de él, ¡ni mucho menos!". "Es una comedia y está hecha con mucho respeto hacia Mariano", recalca el creador que certifica "el cariño" que los compañeros de profesión y los actores que estuvieron a las órdenes del director de El liguero mágico le profesan aún. "Muy revelador es lo que dijo Sacristán: Aunque ideológicamente estamos en las antípodas, yo nunca podré hablar mal de Mariano porque es una excelente persona, él y toda su familia, y a mí me dio trabajo cuando no me lo daba nadie, y si este documental es para hablar mal de él, os echo a patadas".

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