Cultura

Un retrato de Marguerite Duras, una mente "brillante y perturbadora"

  • Mañana llega a los cines la película francesa que recrea la vida "apasionante" de la gran escritora

Melanie Thierry, en el papel de la escritora Marguerite Duras en la película que llega este fin de semana a los cines.

Melanie Thierry, en el papel de la escritora Marguerite Duras en la película que llega este fin de semana a los cines.

"Brillante, cultivada y divertida" pero también "maliciosa y perturbadora". Así ve la actriz francesa Melanie Thierry a la escritora Marguerite Duras, a quien da vida en la adaptación de su novela autobiográfica El dolor, que llega este viernes a los cines. "A todo el mundo le subyuga su obra, pero al mismo tiempo hay aspectos de su personalidad que eran irritantes y hasta detestables", señala la intérprete.

El título original del filme, dirigido por Emmanuel Finkiel, era El dolor, como el libro de Duras, pero en España la distribuidora ha decidido renombrarla como Marguerite Duras: París 1944. En esa ciudad y en ese fatídico año, la Gestapo detuvo al escritor Robert Antelme, marido de Duras y compañero en la Resistencia, que fue deportado y enviado a un campo de concentración.

En una atmósfera fantasmagórica y llena de silencios, una voz en off narra la angustia de la tensa espera, la falta de información y los arriesgados movimientos de la escritora, que entabla una ambigua relación con el policía que arrestó a su marido (Benoît Magimel), en un principio para tratar de que interceda por él. Al mismo tiempo, Duras compartía sus inquietudes con Dionys Mascolo, su amante y también compañero de la Resistencia (al que da vida en la pantalla Benjamin Biolay). "Atraía mucho a los hombres, y a ella también le gustaban mucho los hombres", afirma la actriz.

El primer contacto de Thierry con la obra de Duras, recuerda la actriz, se produjo en su adolescencia, cuando leyó por primera vez El amante, la novela con la que la autora obtuvo el Premio Goncourt. "Es alguien ineludible en Francia, aunque curiosamente no se estudia en los colegios", dice. "Me gusta cómo plasma su propia vida en su obra, una vida apasionante, desde su infancia en Indochina a su experiencia en la Francia ocupada y liberada. La libertad que se permite en el amor -prosigue-, la pasión, su coraje para existir como escritora y después como cineasta, ya que dirigió una veintena de películas; por todo ello, siento una enorme admiración hacia ella y también ternura".

El peso de la película de Finkiel recae en gran parte sobre el rostro de la actriz desde el primer minuto. En ocasiones se desdobla en dos en la pantalla, con un efecto fantasmagórico. "Cuando vives algo muy doloroso o tienes una explosión de ira, sucede que tienes la impresión de verte a ti mismo llorando o con cólera. Eso es lo que trataba de transmitir el director con ese desdoblamiento", explica Thierry.

Ganadora del premio César a la mejor actriz revelación en 2010, la actriz francesa admite que, después de trabajar con Fernando León de Aranoa en Un día perfecto, le han quedado ganas de repetir con un director español. Con uno de ellos, un auténtico sueño, no va a ser posible: "Lamento que Luis Buñuel esté muerto", concluye con una sonrisa de admiración.

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