firmado mister j. por J. Fernández

¿Qué quieres ser de mayor?

  • 'Brassens/La libertad' de Joann Sfar tiene el aspecto de una revista cultural y es un "vademécum apasionado" y a ratos delirante

Cuando recibí noticia de que Fulgencio Pimentel preparaba la edición de un tebeo de Joann Sfar sentí eso que le da al cuerpo cuando se tiene sed y se bebe agua fresca. Luego supe que el tema del tebeo era el cantautor Georges Brassens, más aún que se titula Brassens/La libertad, que son dos formas de nombrar la misma cosa, y el gusto se transformó en éxtasis -me refiero al estado del alma, y que me perdone el propio Brassens la alusión religiosa-. Qué quieren que les diga, cada uno tiene sus ídolos, y yo los míos, a los que se adora con y sin mediación de la lógica, muchas veces porque sí.

Nunca he sido afrancesado, ni poco ni mucho, a mi generación le fue arrebatado hasta el concepto, pero me he ido acercando al paso hasta ese territorio en que la imaginación doesn't speak English, sino que chapurrea lenguas romances. La culpa, yo lo sé, la tienen Franquin y Guido Crepax, uno en mi tierna infancia y el otro en mi dura pubertad. Los dos me hablaron de otra Europa, que no he conocido y que añoro, esa que se hundía en el principio de los tiempos, en el mito, antes de la llegada del toro blanco. Dice la wikipedia que Zeus desfloró a Europa debajo de un plátano, y yo soy alérgico a los vilanos. De modo que mi Europa es también del alma -como el éxtasis- y no del euro, y este es su lema: prefiero comer a contar dinero. "Me llamo Brassens.", escribe Sfar, "Estoy sin blanca y aterido de frío. Y aún no sé si quiero ser poeta, novelista, cantante o cronista libertario". O como dice la chanson del flautista que rechaza los honores del rey: "Sin escudo de armas, sin pergamino, sin gloria, se puso en marcha hacia su campanario, su choza".

Más que un tebeo, Brassens/La libertad tiene el aspecto de una revista cultural, es un "vademécum apasionado", según reza la contraportada -y pido otra vez perdón al galo por el inopinado uso del verbo rezar-. "Apasionado y a ratos delirante, formado por decenas de ilustraciones y alrededor de ochenta páginas de puro tebeo que comienzan como una autoparodia, para acabar ahondando en el lado más íntimo del artista". No sé si ustedes han leído a Sfar -espero que sí, y si no siempre hay tiempo-, en cuyo caso ya sabrán qué estúpido sería por mi parte tratar de explicarles de qué va el asunto. El libro apunta a la figura de George Brassens, así que lo mismo sale un pato que habla y que le ha robado al hijo de Sfar el muñeco BabaBurp, traído de Japón por el colorista de su padre. O aparece una piscina en Tokio que tiene hilo musical dentro del agua. O el propio Brassens con camiseta a rayas, manejando una góndola en Venecia.

La fenomenal edición de Fulgencio Pimentel, y sigo citando para no dejarme nada atrás: "aporta además las visiones de cuatro periodistas especializados (…): Juan de Pablos, Dildo de Congost, Patricia Godes y Vicente Fabuel firman respectivamente una introducción, un irreverente perfil biográfico y patológico del artista, un repaso al legado puramente lírico de su cancionero y un análisis de su influencia a este lado de los Pirineos". Pregunta: ¿Qué quieres ser de mayor? Respuesta: ¡Georges Brassens!

Joann Sfar. Fulgencio Pimentel. 120 páginas. 24 euros.

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