Cultura

"Lo peor que le puede pasar a un músico es nacer en España"

  • El creador isleño, afincado en Jerez, cuenta los orígenes de esta nueva orquesta y hace un repaso del panorama actual en la lírica, del que critica el "funcionariado"

Su abuela, "una gran pianista", fue alumna de Joaquín Turina, que hubiera hecho una gran carrera si no fueran los tiempos como eran. Carlos Aragón (San Fernando, 1970), afincado en Jerez desde hace más de un lustro, en pleno barrio de Santiago, ya se sentaba a "tontear" con el piano con 4 años. A los 9 empezó los estudios oficialmente. Un tío abuelo suyo fue también director de orquesta y catedrático en el Conservatorio de Madrid. El asunto le viene de familia. Así que, además de director de orquesta, Carlos es fundador de la Orquesta Lírica del Sur, que se estrenó el pasado enero con Rigoletto, en el Villamarta y que actuará próximamente en Tosca, en junio, también en el coliseo jerezano. Ahora, el isleño se marcha a Bilbao, para dirigir La corte del faraón. Muy amigo de Juana la del Pipa, se siente "un clásico incomprendido en esta tierra de flamencos", bromea, "donde espero que se me pegue algo de arte", desea entre risas.

-Hace cinco años debutó como director de orquesta nada menos que con niños y 'El diluvio de Noé', en el Teatro Villamarta. Ahora ha creado su propia orquesta, la Orquesta Lírica del Sur. ¿Objetivo cumplido?

-Bueno, más que un sueño es una necesidad de trabajo. Indudablemente, para un director de orquesta tener una orquesta 'propia', sí es un sueño, porque ten en cuenta que es nuestro instrumento, igual que un violinista tiene su violín. Lo que pasa es que hoy en día es complicado porque en las orquestas oficiales, las plazas para titulares no salen tan a menudo.

-¿Cómo nació esta posibilidad?

-Surgió en el Villamarta y no lo dudé, me tiré a la piscina. Porque aquí hay muchísimo talento y músicos con muchísima categoría. No sólo en Jerez, sino en toda la comarca, pero luego estas criaturas se tienen que ir fuera... Y basándome en la gente que conocía, los reuní y creé la Orquesta. Es una apuesta fuerte que está funcionando muy bien. Aquí venía a cubrir la temporada lírica la Orquesta Filarmónica de Málaga, la extinta Orquesta Manuel de Falla de Cádiz, que se la han cargado vilmente... Y cuando surge la necesidad de hacer Rigoletto (que se puso en escena en el coliseo jerezano el pasado enero) y no había orquesta, pues dijimos vamos a hacer una orquesta de la zona.

-¿Por qué Orquesta Lírica del Sur?

-Le di doscientas mil vueltas: Orquesta 1812, que es un nombre muy sonoro pero me parecía muy oportunista aprovechar la coyuntura del Bicentenario..., mil vueltas. Y al final decidí Orquesta Lírica del Sur porque quería que fuera una orquesta que se dedicara sólo a la lírica, a diferencia de otras que hacen repertorio sinfónico y de rebote, hacen lírica. Yo quiero que con ésta sea al revés, que esté centrada en el teatro musical porque en España no hay tradición de orquestas de foso. Si me apuras, está la Sinfónica de Madrid y la del Liceo. Además, muchos de los músicos formaban parte de la Manuel de Falla con los que he tenido una gran experiencia en otras ocasiones. Es gente a las que les gusta el teatro y tocar en foso. Son un 60% de Manuel de Falla, más otros músicos de otros lados, no sólo de Jerez, sino de toda Andalucía. La media es de 25 a 30 años. ¿Y por qué gente joven? Pues porque la gente joven es un gustazo. Y es que las orquestas de funcionarios están llamadas a su extinción. No quiero llamar al enemigo a la puerta, pero en una disciplina artística como en la de un músico el funcionariado es la muerte. Uno no se puede acomodar porque he dirigido orquestas de funcionarios que tienen su nómina asegurada, no estudian y a directores noveles como yo nos las hacen pasar canutas. Y esta gente joven tienen muchas ganas de hacer música y participar en proyectos. Se entregan, tienen mucha generosidad, y yo, como director joven, es lo que espero.

-Pero no es una orquesta estable.

-No, es lo que se llama 'orquesta de bolos', aunque sea muy peyorativo, pero en España no nos damos cuenta de que en Francia y Alemania llevan funcionando así casi 50 años. Son orquestas de freelance, que suelen ser los mismos, que se juntan para los proyectos. Lo que significa que en esta fórmula, que tiene mucho futuro, nadie tiene un puesto asegurado, si te defiendes te vuelven a llamar.

-¿Cómo fue el estreno con 'Rigoletto'?

-Tocar en ópera es muy difícil porque hay que seguir al cantante, ser muy dúctil y flexible. Ésta es una de las óperas más difícil del repertorio. Confieso que a priori no las tenía todas conmigo, pero me tiré a la piscina. Llegué al estreno tranquilísimo porque el proceso con estos músicos ha sido siempre a más.

-¿Con qué apoyos ha contado para la puesta en marcha de esta Orquesta?

-Hombre, la colaboración inestimable de Carlos Cherbuy, de la Diputación de Cádiz, que fue durante muchos años gerente de la Manuel de Falla. Tenía bastante conocimiento del espectro de los instrumentistas de la zona. Es el coordinador artístico de la Orquesta Lírica de Sur. Aunque se puede decir que es un proyecto bastante mío. Hay que destacar el apoyo del Villamarta, y ya hay un compromiso tácito de que esta Orquesta atenderá la temporada lírica del Teatro.

-Otro de sus sueños era ser directo de sopranos. ¿Cómo va la cosa?

-Me estoy afianzando en el asunto. Soy director de sopranos básicamente. No me preguntes por qué pero me entiendo muy bien con ese tipo de vocalidad y lo he corroborado con Rigoletto y Sabina Puértolas, a quien con sólo mirarle los ojos la entendía. Quiero convertirme en el Almodóvar de la ópera porque quiero sacar el máximo de una soprano, ponerla en la estratosfera. He trabajado con Vivica Genaux, Ángeles Blancas... Tengo esa conexión y, lo siento por mis colegas masculinos, pero las mujeres cantantes son mucho más listas, intuitivas, generosas y con menos prejuicios. Sacan el lado femenino que hay en mí, que no es poco (risas). Pero también es un juego de seducción porque la música es seducción continua. Por ejemplo, a las orquestas hay que metérselas en el bolsillo porque es un amante, es tu amante. Es un acto de amor. No hay que imponerse.

-Usted seduce a los demás pero, ¿cómo le ha moldeado a usted el espíritu la música?

-La música es un viaje para mí, es como la droga. El tiempo que dura una representación yo estoy en otro mundo y de hecho, me cuesta volver como una hora a la realidad. Soy una persona con mucho temperamento y con la edad, la música sí que me está conectando con un montón de historias... No sabría explicarlo, esto es muy vocacional. La música es mi amante más fiel, no me defrauda nunca. Ella es lo primero. Y esto me hace feliz y ser mejor persona.

-¿Cómo se ve en el futuro?

-No lo sé porque lo peor que le puede pasar a un músico es nacer en España.

-¿Se arrepiente de nacer aquí?

-Mmmmm, tal y como están las cosas..., soy un tío joven, no tengo cargas familiares y no descarto irme a EEUU. Me da pena porque todos los músicos han tenido que irse alguna vez. Falla se fue a París para tener éxito. Los artistas no vivimos del aire. Es una pena que nos tengamos que ir de aquí, donde el trabajo está sin hacer desde hace 100 años. No me gustaría tener que irme, pero si me tengo que ir, me iré. Pero me resisto, porque en mi tierra hay mucho que hacer y mi obligación es estar al servicio de mi sociedad y mi gente y que esto salga adelante con mi colaboración.

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